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El cruceñismo

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Son tiempos difíciles; basta con salir a la calle y conversar con la gente para darse cuenta de ello. La economía nos está afectando a todos de manera notable. Sin embargo, esta crisis, de la cual eventualmente saldremos, también debe ser vista como una oportunidad para construir desde el pensamiento.

En estos momentos, es importante proponer, analizar y buscar superar la polarización y la animosidad a través de la construcción conjunta. Personalmente, creo firmemente que tanto la historia pasada como la participación colectiva son fundamentales para realizar un análisis racional de una corriente de pensamiento. Quiero decir con esto que aquellos que hacen referencia a una ideología sin relacionarla con la realidad de sus contemporáneos no hacen más que ejercer un egocentrismo académico, donde su pensamiento solo se contrasta con la solidez de su lógica. Incluso un sofista podría argumentar y encadenar verdades lógicas, y aún así, llegar a conclusiones descabelladas.

Uno de los temas que me ha intrigado durante un tiempo es el cruceñismo, entendido como una forma de ver e interpretar el mundo que nos rodea, así como los mecanismos para transformarlo. Es importante aclarar la diferencia entre cruceñismo y cruceñidad; mientras que el primero se refiere a una corriente de pensamiento, el segundo hace referencia a una identidad.

Con el objetivo de realizar un acercamiento, realicé un sondeo, curioso y estadísticamente no representativo, pero que nos puede ayudar a entender lo que podría estar detrás del concepto de cruceñismo. Utilicé metodológicamente la teoría de los clivajes de Lipset y Rokkan, que busca explicar la formación de corrientes ideológicas y partidos políticos a partir de una división en un aspecto de pensamiento en particular. Por ejemplo, temas como la economía, con la dicotomía libre mercado vs. estatismo, o la geografía, con la división entre campo y ciudad.

Después de realizar 60 encuestas (insisto nuevamente en que no se trata de un estudio representativo de la realidad, sino de un simple sondeo), puedo aportar las siguientes afirmaciones al análisis del cruceñismo:

  1. i) El cruceñismo es una corriente de pensamiento que se fundamenta en cuatro elementos, los cuales muestran una marcada división con sus contrapartes. Estos elementos son: un pensamiento principalmente orientado hacia la descentralización como filosofía en la administración pública, un pensamiento que favorece el libre mercado por encima de la intervención estatal en la economía, un pensamiento basado en la búsqueda de la igualdad entre todos los ciudadanos, por encima de la preeminencia de algunos grupos sobre otros, como ocurre con las políticas de discriminación positiva, y por último, un pensamiento predominantemente religioso, a pesar de la creciente laicidad del siglo XXI, con un fuerte apoyo en la tradición cristiana, especialmente en su versión católica.
  2. ii) Existencia de otros dos frentes de pensamiento en los cuales se observa una tendencia clara, aunque con menor nitidez que en los cuatro frentes mencionados anteriormente. Estos son: la preeminencia de lo urbano sobre lo rural y la visión empresarial y de negocios por encima de la visión sindical.

iii) Dos fuentes de pensamiento cruceñista en las cuales se registran tendencias ambivalentes son: la división entre desarrollo acelerado y desarrollo sostenible, considerando la protección del medio ambiente, y la división entre una visión tradicionalista y una visión modernista.

De esta manera, basándome en este sondeo, puedo afirmar que el pensamiento cruceñista se caracteriza por ser a favor del libre mercado, la descentralización en la administración pública, igualitarista y con una fuerte influencia de la fe cristiana. Además, se considera relevante la perspectiva urbana y empresarial, aunque aún se necesita definir la relación con el medio ambiente y la modernidad.

En última instancia, entender y analizar el cruceñismo nos brinda una oportunidad para profundizar en las ideas y visiones que influyen en nuestra sociedad. A través del diálogo constructivo y la búsqueda de puntos de encuentro, podemos contribuir al desarrollo de nuestra tierra, siempre en la búsqueda de la armonía con nuestra identidad y los desafíos contemporáneos. Estoy convencido de que los tiempos actuales son propicios para estas reflexiones y que este pensamiento nos permitirá vislumbrar mejores días para nuestra gente.

*La opinión expresada en este artículo es responsabilidad exclusiva del autor y no representa necesariamente la posición oficial de Publico.bo


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