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Jeanine Añez, su juez natural y el sentido común 

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Que tal de mal estará nuestro sistema de administración de justicia que cuando dos Tribunales (El Alto y Sacaba) emitieron sendas resoluciones declarándose -acertadamente- incompetentes para juzgar a la ex Presidenta Janine Añez en la vía ordinaria; casi todos han sospechado de algo malo, incluso muchos sin molestarse siquiera en leer y peor entender ambas resoluciones.

Si lo hubieran hecho, lejos de los apasionamientos partidarios o de simple mala leche y de taquito con algún sentido jurídico constitucional, probablemente hubieran tenido que reconocer -más allá de lo bien o mal que pueda caernos la ex Presidenta y su gestión que no fue de las mejores- que ambos fallos están muy bien fundamentados en Derecho Procesal y Constitucional, Jurisprudencia y Doctrina, incluso alguno hace control de convencionalidad y otro recurre a la jurisprudencia histórica (García Meza, etc), además por supuesto de los hechos relevantes al caso concreto. Cumplen entonces las exigencias legales nos guste o no lo que resolvieron.

Y es qué aunque ni la Constitución ni sus -asombrosamente- dos leyes de desarrollo de esa temática han sido para varios entre los que me incluyo suficientemente claros para determinar si los ex Presidentes merecen el denominado “Juicio de Responsabilidades” lo que genera ciertamente una duda acerca de la norma aplicable; resulta harto elemental que la propia Constitución por su art. 116. I franquea la fórmula que resuelve ese problema: “Durante el proceso, en caso de duda sobre la norma aplicable, regirá la más favorable al imputado o procesado” ordena, con la fuerza que le otorga su art. 410 por la que todos (personas, instituciones y órganos) estamos sometidas a ella.

De ahí que asombre aún más que el Ministerio Público que es el principal garante de legalidad en el país; le haya metido no más aplicando la “doctrina morales” presentando y hasta porfiando con llevar sus procesos ante un juez que manifiestamente no era el natural para la ex Presidenta, haya sido de facto o no; algo que también debería dilucidarse en juicio, pero precisamente ante jueces independientes, pre determinados por la ley y por tanto competentes: sus jueces naturales. Esa porfía es tan pero tan absurda qué si realmente la Fiscalía es la Abogada de las víctimas de Sacaba y Senkata, les está haciendo un flaco favor generando de esa manera la nulidad del proceso, la qué de no declararse internamente, es probable que lo sea ante instancias internacionales. Se están entonces, baleando en sus pies.

Pero dejando de lado lo estrictamente jurídico constitucional y convencional; hasta por sentido común -el menos común de los sentidos- acaece que la solución para que la ex Presidenta sea juzgada en juicio de responsabilidades como hasta el tirano de García Meza lo tuvo (con distinta legislación) es la más adecuada en términos de razonabilidad. Todos queremos que se esclarezca lo que realmente sucedió y si ello tiene relevancia criminal, empezando por supuesto por las víctimas, sus acusadores y hasta por la propia Ex Presidenta. Si eso es así, es obvio que también a todos nos interesa que el procedimiento que se realice para esos fines, cumpla con el Debido Proceso que entre otras garantías comprende al Juez natural, pues esa es la única manera de lo que se resuelva -inocencia o culpabilidad, además del qué, donde, cómo, cuando, para qué y por qué- tenga legitimidad y, luego no sea revertido ante tribunales internacionales, que además ya han puesto su lupa a los procesos. Ej: el Comité de DDHH de las NNUU o el mismo Sistema Interamericano.

Entonces, si eso es lo que realmente se desea, es decir que se haga justicia esclareciendo los hechos, salvando a quienes buscan sólo show, venganza u otras cosas peores, hasta por sentido común nos conviene a todos que la ex mandataria sea juzgada mediante el Debido Proceso que entre otras garantías incluye el Juez natural y no a través de una suerte de ordalía medieval en la que la condena esté predeterminada y el procedimiento sea sólo un burdo trámite para cumplir las órdenes de algún autócrata o de varios. ¿O será que aplica no más aquello del viejo Carrara? cuando deliciosamente dijo: “CUANDO LA POLÍTICA ENTRA POR LA PUERTA DE LOS TRIBUNALES, LA JUSTICIA SALE DISPARADA POR LA VENTANA”.

*La opinión expresada en este artículo es responsabilidad exclusiva del autor y no representa necesariamente la posición oficial de Publico.bo


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