Las polémicas del litio en Chile, Argentina y Bolivia ¿triángulo o pentágono?
El litio es sin duda un sector minero difícil, con actores como las empresas y los gobiernos que han complejizado el triángulo minero que, pese a las posibilidades, demora en cristalizar.
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Varios eventos preocupantes han marcado la industria del litio sudamericana en los últimos meses.
Partamos por el último, el cierre del acuerdo entre la principal minera de Chile, Codelco, y SQM.
Hace algunos días, y tras una extensa polémica, ambas empresas, una estatal y otra privada, resolvieron formar una sociedad conjunta para la explotación del principal salar del país, el Salar de Atacama.
De poco sirvió que la empresa china Tianqi, controladora del 22% de las acciones de SQM, exigiera reiteradamente ante el Tribunal de Defensa de la Libre Competencia una copia del contrato para “enterarse” del marco legal acordado entre el Estado de Chile, a través de la gerencia de Codelco –la minera de cobre más importante del país– y la empresa privada chilena con mayor extracción del Salar de Atacama.
El impacto de esta nueva fórmula de negociaciones, a puerta cerrada y con reserva de parte de los actores, resulta inédita y rompe la tradición de transparencia de las negociaciones mineras en Chile. La idea de una ruptura entre una relación a la gobernanza corporativa y buenas prácticas resulta inadmisible en la actividad minera en Chile. Sin embargo, en el mediano plazo, bien puede llegar a ser un freno parcial de una empresa china que en el 2018 pagó U$ 4 mil millones para convertirse en el segundo mayor accionista de la chilena SQM.
Por la envergadura de la creación de una gigantesca empresa del litio, el plan empresarial de construir plantas de baterías de litio para el mayor productor local de carbonato e hidróxido de litio está en suspenso. Las declaraciones de la gerencia de Tianqi han insistido en que apelarán a revisar los términos del contrato que augura, en la fusión público privada, unas condiciones para mantener un monopolio hasta 2060.
De resultar este acuerdo en un litigio financiero, las probabilidades de aumentar la cadena de valor, crear plantas de conversión y materiales para la elaboración de cátodos para la producción de celdas de batería, podrían verse postergadas.
Cabe recordar que, en 2022, SQM vendió un total de 157 mil toneladas de litio. En tanto que su competidora estadounidense, Albermarle, sólo vendió 50 mil toneladas provenientes del mismo salar de Atacama por un valor de U$S 650 millones de dólares.
En este sentido, la proyección es clara, el plan de litio se puso en marcha en Chile y ello implicó replantear la presencia del sector privado en un país que hoy produce el 30% del metal clave en la lucha global contra el cambio climático en medio de una región que, según un informe de la ONU de 2020, ya ha consumido el 65% de las aguas subterráneas del desierto más árido del planeta.
El caso de Argentina
En el caso de Argentina, las noticias acerca del litio son mixtas. En efecto, las exportaciones de minerales disminuyen un 10% en un año y la Secretaría de Minería de la Nación informó que la baja productiva se une a otras del sector, como son el oro y la plata. Así, la industria argentina del litio representa sólo el 17% de las exportaciones totales del sector minería frente al 23% del año anterior.
La falta de incentivos a nuevas exploraciones y el desplome del precio del litio a nivel general derivaron, en la práctica, en un monopolio comprador: China, que adquiere el 66% de la producción, seguido por Estados Unidos.
En otra línea, una buena noticia. La apertura, prevista para el 3 de julio de la planta de carbonato de litio de Centenario Ratones en la provincia de Salta por la empresa Eramine Sudamérica S.A.
Se trata de un consorcio de Eramet y la china Tsingshan, que invirtió U$S 800 millones en una planta de carbonato de litio y que trae, además, una buena noticia ambiental con la aplicación de la extracción directa (DLE) de mineral, lo que sin duda rebajará el uso de cantidad de agua en el proceso productivo.
Lo anterior se suma a la expectativa por el arribo de Javier Milei a la presidencia argentina. Cabe recordar que al final de la presidencia de Alberto Fernández, en noviembre de 2023, Chile y Argentina firmaron un memorándum de entendimiento sobre temas de integración minera. El objetivo: sumar aportes en materias de sostenibilidad ambiental, económica y social, formación y capacitación de recursos humanos, y agregación de valor. Esto aún no rinde fruto alguno.
Bolivia
Resta hablar de Bolivia, que posee las mayores reservas del Triángulo del litio y que al mes de marzo de 2024, no registra exportaciones. Como se sabe, Bolivia creó una empresa estatal para la exportación de litio en un símil de la estatal de hidrocarburos.
Yacimientos de Litio Boliviano (YLB) fue creada como empresa estratégica en 2017 durante la presidencia de Evo Morales. Desde entonces y hasta ahora, lo único que ha logrado efectivamente es avanzar en la acreditación de proponentes para ejecutar diversos proyectos en los salares de Uyuni, Coipasa, Pastos Grandes, Empexa, Cañapa, Chiguana, Capina, entre los 28 salares y lagunas saladas con potencial de industrialización.
En efecto, Bolivia, a diferencia de Chile, puso todos sus salares a disposición del sector y ha concitado la atención de 21 proponentes para 22 proyectos en un plan que prevé el uso de la aplicación de la extracción directa (DLE) de mineral, dejando atrás la idea de crear plantas industriales que utilicen el método evaporítico.
Congelado el sector durante la presidencia de Jeanine Añez, Bolivia reinició el 2022 los estudios sobre el potencial del litio en este esquema nacional al asumir el presidente Arce, quien con una nueva gerencia ha definido una aceleración de procesos sin consultar a las comunidades, como a los comités cívicos departamentales de Oruro y Potosí donde se encuentran los salares. Pese al potencial y en este esquema, Bolivia no superó las 20 mil toneladas de exportación el 2022.
En este nuevo esquema, la industria del litio se ha enredado por la existencia de una denuncia penal por daño económico al Estado boliviano y un escándalo: el suicidio este mes de abril del exgerente de YLB, Juan Carlos Montenegro (MAS/ Evo Morales), justamente acusado de corrupción por el gobierno de Arce Catacora por apostar por plantas de evaporación y no por DLE en el proceso de industrialización durante su administración.
En este esquema de cosas, el litio es sin duda un sector minero difícil. Qué duda cabe las empresas y los gobiernos, son actores intervinientes que han complejizado el triángulo minero que, pese a las posibilidades, demora en cristalizar.
Columna originalmente publicada en www.lavoz.com.ar, el 3 de julio de 2024.