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Jhonattan Acosta estuvo perdido (espacio) y amenazado (animales) en la selva amazónica del departamento del Beni por más de 30 días. Las circunstancias adversas que vivió fueron inimaginables, duras e inolvidables. Esta historia personal no tiene nada que ver con la cotidianidad política boliviana, pero las circunstancias en las que estuvo, prácticamente un mes, sí. ¿Estamos perdidos y amenazados en el campo político como lo estuvo Jhonattan en la selva?
El campo político boliviano está perdido: sucio, manchado, confundido, sin norte, y motivado por intereses de grupos de poder que consideran a los bienes del Estado como su patrimonio privado y, además, desconectado de las reales necesidades de la gente que no es militante ni simpatizante de un partido político. El país está amenazado: intimidado por la difícil situación económica que cada día genera incertidumbre y ansiedad.
Me enfocaré en lo que sucede en el campo político porque sobre lo que acontece en el campo económico se encargan sus expertos y pensadores. No obstante, para nadie es un secreto que cuando la economía tambalea, la política se afiebra, se descompone, se pone de mal humor. Por tanto, es importante tener en cuenta, por lo menos de forma general, el desempeño de la economía para obtener una mejor mirada sobre las tendencias políticas.
Por lo visto, leído y escuchado, la economía boliviana vive días oscuros. Ahora bien, lo que me preocupa es que quienes deberían estar buscando escenarios de entendimiento para que la oscuridad no sea larga y cruel, están más perdidos que Jhonattan. Me explico. Las elecciones generales se desarrollarán, si no suceden cosas extraordinarias, en 2025. Parece que falta mucho, pero los tiempos en la política boliviana son acelerados. Sin embargo, ninguno de los actores políticos -con aspiraciones electorales- están considerando las velocidades políticas y amenazas económicas porque todos están ensimismados en sus pugnas internas, de familia.
El caso del MAS es paradigmático: la batalla entre arcistas y evistas ha llegado hasta las esferas familiares. Entre sillas, puñetes y denuncias de corrupción, la pugna intrapartidaria no tendrá límites. Aunque el ala evista pone seis condiciones al presidente Arce luego de su convocatoria a la unidad, la principal aspiración de Evo: volver a la Casa Grande del Pueble, es irreversible; como es la de Lucho: ir por su segundo mandato.
En la otra orilla, del lado regional, la detención indefinida de Luis Fernando Camacho ha tenido múltiples efectos, pero el más perjudicial es el desentendimiento entre el vicegobernador y los funcionarios del entorno de poder del gobernador. Es decir, los intereses político-partidario están determinando los intereses político-institucional: primero Creemos, después Santa Cruz.
Definitivamente, el ensimismamiento político, la mirada corta y predominio instintivo para conservar lo que se ganó en las urnas están marcando una coyuntura política, a nivel nacional y regional (Santa Cruz), sin nuevas ideas y proyecciones a largo plazo.
En otras palabras, ellos (actores políticos) están perdidos, nosotros (ciudadanos comunes) amenazados. Solamente espero que todos tengamos la misma suerte que tuvo Jhonattan.
*La opinión expresada en este artículo es responsabilidad exclusiva del autor y no representa necesariamente la posición oficial de Publico.bo