OpiniónInternacional

Qué tan evidentes son las implicaciones de Irán en el ataque de Hamas a Israel

Eduardo Zeballos

Investigador social y analista geopolítico

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Poco a poco se va disipando el humo de las primeras horas de la intervención criminal de Hamas en territorio israelí. El debate está caliente sobre lo que dio rienda a la incursión, pero las aristas internacionales del conflicto se van develando.

¿La pregunta que todos nos hicimos es si Hamas tomó la decisión de atacar a Israel sin consultar a sus principales aliados? Para responder hay que analizar los principales actores regionales que tienen una vinculación estrecha con Hamas. Para este caso tomaremos dos de las principales afiliaciones.

Las vinculaciones de Estado más importantes que tiene Hamas son con Qatar e Irán.

Qatar tiene una particular simpatía por la causa de la Hermandad Musulmana que emergió en Egipto hace un siglo y que tiene una larga trayectoria e interés en la construcción política y social de países en torno al islam de vertiente Sunni. Además, la Hermandad Musulmana promueve sus postulados islamistas en las comunidades musulmanas alrededor de todo el mundo. Dentro de los mensajes que difunde se conoce que estimula y promueve el odio no solo hacia los judíos, sino a otras religiones que no sean la suya, pero con particular virulencia promueve el antisemitismo. Como parte de esa red, Hamas es uno de los grupos afiliados y que cuenta con un apoyo económico significativo de Doha.

Por su parte, Irán ha promovido a la organización del Hezbollah en el Líbano para tener en directo espacio de control a su enemigo declarado: el Estado de Israel. El Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Iraní CGRI es el principal ente formador y catalizador de las fuerzas paramilitares, que además han formado a los cuadros paramilitares de Hamas. Actualmente Irán está patrocinando la conformación de nuevas facciones en Irak y Siria. En todos los casos, el objetivo no solo es la formación paramilitar, sino que va evolucionando en la formación de cuadros políticos con el afán de tomar el poder en los países residentes para ejercer un control total dentro de estos países. En el caso del Hezbollah, la participación política ya alcanza a un 10% del parlamento libanés y según su líder Hassan Nasrallah manifiesta que cuenta con una fuerza paramilitar de 100.000 hombres, con un arsenal militar que incluye misiles balísticos de alta capacidad de destrucción.

Podemos ya evidenciar una primera respuesta al 7 de octubre. No se evidencian vínculos de Qatar en las acciones de Hamas, dado que la vocación de la Hermandad Musulmana tiene una orientación de “poder blando” a través de la incidencia política de tomar el poder, aplican los principios islamitas y tiene una acción predominantemente en el ámbito de la influencia social. Esto no significa que no tenga o haya tenido un pasado violento, que si los ha tenido, pero no es su principal forma de proyección de influencia internacional. En contraste, los objetivos de Irán se direccionan hacia la construcción de instrumentos de violencia. Además ha manifestado, tanto Hamas como Hezbollah que tienen como fines últimos la destrucción del Estado de Israel. En ambos casos, las formaciones de cuadros paramilitares se han confeccionado a la medida para alcanzar este fin, donde el adiestramiento, adoctrinamiento, equipamiento y municiones todas están íntimamente ligadas al CGRI.

Durante un mes del conflicto ni el Hezbollah o Irán han manifestado que conocían de las intenciones de Hamas o como es de esperar han manifestado abiertamente tomar parte de las decisiones. Sin embargo, en opinión e indicios como los arriba expuestos, claramente podemos ver que Hamas no hubiera tomado la iniciativa, sino no contaba con el respaldo de su principal patrocinador. Existe un tercer actor, que es Rusia, pero que requiere ser analizado por separado.

Un siguiente elemento que nos permite deducir que la decisión de Hamas no fue efectuada sin conocimiento de otros actores, es la simple razón de que la limitada capacidad de Hamas para hacer frente por si sola a las Fuerzas de Defensa Israelí (IDF). Como lo estamos viendo en el período analizado del conflicto, el resultado es una paliza sin precedentes. Hamas no muestra ninguna oportunidad de frenar la arremetida del IDF dentro de la Franja de Gaza o de lograr siquiera repetir en medida alguna los sucesos del 7 de octubre. Hasta la fecha, ningún proyectil de Hamas ha ocasionado daños de relevancia en el territorio de Israel y en contraste más de 1 millón de palestinos han sido instruidos de trasladarse a la parte sur de la Franja de Gaza. En el norte de la Franja, el IDF viene limpiando sistemáticamente a las facciones de Hamas, empleando una fuerza extremadamente superior.

¿Entonces que salió mal?

En primer lugar, la masiva respuesta disuasiva con el despliegue militar de EEUU en la zona de guerra con el mensaje que cualquier intervención en contra del Estado de Israel no sería pasada por alto. Si bien la eficacia de la medida se ha puesto en cuestionamiento, entra también en vigor el papel del Departamento de Estado norteamericano en sus tratos de mediación con los países donde existe un alto riesgo de escalada del conflicto. No se trata de un esfuerzo aislado, porque siendo que las consecuencias de una escalada mayor son imprevisibles, la diplomacia internacional va tenido sus propios resultados.

Del lado de Hezbollah, han tenido que medir el impacto que pueda tener la escalada del conflicto en el Líbano, donde pone en riesgo la construcción de su poder de las dos últimas décadas tanto en el ámbito político y, la posible destrucción de su fuerza paramilitar con un enemigo numérica y tecnológicamente superior. No significa que hayan desistido de su causa, sino que, por ahora continuarán aplicando como principal medio la “guerra no convencional” y el empleo de la propaganda para este fin, incitando a otros grupos a sumarse a la causa, a seguir proyectando el crecimiento de sus cuadros políticos y aumentar la fuerza de sus cuerpos paramilitares.

El caso de Irán

El soporte en la formación paramilitar de Hamas en todas sus dimensiones, han sido el centro de la ayuda de Terán. Involucrarse directamente en el conflicto no es una opción. Seguirá apostando a la guerra no convencional, su campaña seguirá la ruta de incitar la escalada del conflicto a través de sus pares chiitas, mantener el soporte a todas las facciones paramilitares subordinadas, y fortalecer los cuadros más jóvenes de Irak y Siria.

El gran perdedor, la población palestina

Tarde para la población palestina. Años de adoctrinamiento de las fuerzas paramilitares de Hamas, de haber sembrado el odio en sus militantes, desataron el 7 de octubre un ataque inmisericorde hacia la población civil israelí. Pero la virulencia solo se puede entender además porque Hamas tenía la certeza de que iba a contar con el respaldo de sus patrocinadores. Las decisiones emocionales, fruto del calor del odio acumulado, y el mal cálculo del escenario actual, los llevaron a donde se encuentran un mes después, con decenas de miles de desplazados, enorme cantidad de infraestructura destruida, miles de civiles muertos, centenares de hogares de milicianos destruidos.

Para la siguiente generación, la posibilidad de perdonar para ninguna de las partes en conflicto será una opción.

*La opinión expresada en este artículo es responsabilidad exclusiva del autor y no representa necesariamente la posición oficial de Publico.bo


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Eduardo Zeballos

Investigador social y analista geopolítico

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