Escucha la noticia
Los desfiles del viernes 23 y sábado 24 de septiembre organizados por la Gobernación y la Alcaldía en el Cambódromo, respectivamente, representan la distancia política y discordia personal entre Camacho y Fernández. ¿Quiénes pierden y ganan como efecto de la distancia y discordia entre el gobernador y el alcalde.
Desde la perspectiva política-institucional pierde la ciudad. Ambos actores políticos perjudican a la coordinación interinstitucional entre la Gobernación y Alcaldía como se evidenció con los desfiles paralelos. El gobernador y el alcalde se ignoran de forma recíproca como si fueran dos vecinos que quieren mandar en sus respectivos canchones. Una manera anacrónica de hacer política en el siglo XXI.
No obstante, desde la perspectiva de la personalización de la política ganan ambos. La representación es el acto por el que una persona adquiere el derecho para actuar en nombre de otros. En este sentido, Camacho, en nombre de los cruceños, y Jhonny, en nombre del pueblo, gobiernan en función de sus horizontes partidarios mediante políticas de identidad (cruceño/pueblo) para consolidar su capital político. Es decir, instrumentalizan su representatividad para interpelar al otro como el representante del mal: autoridades traidoras/discriminadoras.
Desde la perspectiva política-partidaria gana el Gobierno nacional. Luis Arce está aprovechando estratégicamente la distancia política y discordia personal entre Camacho y Jhonny como un resquicio para que su imagen política fluya con el impulso de la promesa de inversiones millonarias en salud, mercados y empresas en el departamento. Sus tuits sobre el aniversario de la gesta libertaria de Santa Cruz indican su cambio de estrategia con respecto al trato con diferentes sectores populares, grupos empresariales y actores políticos distantes de las esferas de influencia del gobernador Camacho, pero muy cerca de las de Jhonny.
Por tanto, si entendemos la política como la habilidad de crear las condiciones de lo posible, la distancia política y discordia personal entre Luis Fernando Camacho y Jhonny Fernández han generado las condiciones necesarias para que se desarrolle una fragmentación y confrontación en el campo político-institucional de Santa Cruz, de que la demanda por el censo en 2023 pierda potencia, se consoliden grupos sociales polarizados, los ciudadanos profundicen la desconfianza hacia las instituciones autónomas y persista la crisis de representación.
El distanciamiento y discordancia entre Camacho y Jhonny son indicadores de que ambos viven sus propios tiempos de miseria política, lo que produce una involución política en Santa Cruz porque pierde su institucionalidad autonómica, pero es de beneficio para los actores partidarios locales y nacionales.