10 de noviembre de 2019: cronología de la renuncia y huida de Evo Morales tras el fraude electoral
Hace tres años se desató una grave crisis política en Bolivia.
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Tomado de Cabildeo Digital
Pasado el mediodía del 10 de noviembre de 2019, hace tres años, Evo Morales y su ministro de Finanzas, Luis Arce Catacora, entre otras autoridades electas y designadas, renunciaron a sus altos cargos y horas más tarde huyeron, dejando un país sumido en un vacío de poder, la violencia y la división. A continuación una cronología de la crisis política más grave que vivió el país desde de que recuperó la democracia.
Tres semanas de las elecciones del 20 de octubre de 2019, Morales se vio acorralado por las masivas protestas y las denuncias de fraude. Convocó nuevamente a elecciones y finalmente terminó por dimitir a su cargo.
En febrero de 2016, Morales convocó a un referéndum popular para habilitar la posibilidad de competir por un cuarto mandato consecutivo como presidente. La reforma Constitucional fue rechazada en las urnas y Morales se vio obligado a presentar un recurso extraordinario ante el Tribunal Supremo Electoral que finalmente aceptó su postulación dos días antes de que venciera el plazo legal para aceptar candidaturas.
La decisión de la Justicia boliviana fue ampliamente rechazada por todo el arco de partidos opositores y organizaciones de las sociedad civil. Hubo movilizaciones en La Paz y protestas en todo el país exigiendo la inhabilitación del jefe del MAS.
El domingo 20 de octubre, ante las sospechosas demoras en la difusión del escrutinio provisorio, la oposición comenzó a denunciar posibles maniobras de fraude electoral. Llegada la noche los datos disponibles (84% de mesas escrutadas) indicaban que el opositor Carlos Mesa había logrado el objetivo de forzar una segunda vuelta contra Morales.
Según las encuestas, un balotaje permitiría la unificación de la oposición y facilitaría la derrota de Morales. No obstante, la diferencia es mínima. Con el 45,28% de los votos contra 38,16%, Morales todavía estaba cerca de alcanzar los 10 puntos de diferencias necesarios para ganar en primera vuelta.
El escrutinio provisorio prosiguió a ritm lento, más de lo esperado, y los opositores comenzaron a movilizarse para denunciar el fraude. Desde el oficialismo aseguraron que las demoras se debían a que los datos de las zonas rurales del país tardarían en llegar al centro de cómputo oficial del Tribunal Supremo Electoral.
En la mañana del lunes 21 de octubre el Tribunal Supremo Electoral informó que el escrutinio parcial, con el 95,63% de los votos escrutados, Morales quedaba a menos de un punto de la victoria con más del 4% de las mesas por escrutar, es decir 46,4% para el candidato masista y 37,07% para Mesa.
El anuncio desató violentas protestas en diferentes puntos del país. Mesa denunció formalmente que hubo fraude en las elecciones y grupos opositores incendiaron tres oficinas regionales del Órgano Electoral. Los tribunales electorales de Potosí, Sucre y Cobija fueron presa de la fura ciudadana.
El martes 22 de octubre diferentes líderes obreros, políticos y de la sociedad civil convocaron a una huelga general por tiempo indefinido. Reclamaron la renuncia el caudillo masista. Por su parte, desde el oficialismo proclamaron la victoria de Morales en primera vuelta.
El miércoles 23 de octubre, Morales denunció en conferencia de prensa que los cuestionamientos a los resultados electorales tienen un trasfondo racista, y afirmó que el paro general convocado en diferentes regiones del país “es político y un golpe de Estado”.
Mesa pidió ayuda a la comunidad internacional para evitar que Morales “entre en el camino de una dictadura”. En Santa Cruz, tradicional bastión de la oposición a MAS, se reportaron heridos por enfrentamientos entre simpatizantes oficialistas y opositores.
Los primeros choques se registraron cuando comerciantes afines al MAS intentaron cumplir sus actividades con normalidad y fueron atacados por opositores.
El jueves 24 de octubre la Organización de Estados Americanos (OEA) recomendó que se realice la segunda vuelta. Morales denunció que el organismo “está con el golpe de Estado que impulsa la oposición”.
El viernes 25 de octubre Morales se declaró ganador y desafió a la oposición y a la comunidad internacional a contar “voto por voto” si tienen dudas sobre el resultado. Estados Unidos, Colombia y Argentina se sumaron formalmente al pedido de que se realice una segunda vuelta.
El sábado 26 de octubre el gobierno de Brasil anunció que “de momento” no reconoce la reelección Morales y apoyó una auditoría del proceso electoral como propone la oposición y los observadores internacionales. Recrudecieron las protestas y los enfrentamientos en las calles.
El jueves 31 Morales instó en La Paz a sus seguidores y a la oposición a que cese la violencia a la espera de que la Organización de Estados Americanos investigue las denuncias de fraude electoral.
El viernes 1 de noviembre el Tribunal Supremo Electoral formalizó la firma del resultado de las elecciones del 20 de octubre con la victoria de Morales sin necesidad de segunda vuelta.
El sábado 2 de noviembre, dirigentes de comités cívicos de ocho de los nueve departamentos bolivianos le dieron un ultimátum de 48 horas a Morales para que renuncie a su cargo y llamaron a las Fuerzas Armadas a unirse a su reclamo.
El líder del Comité Cívico pro Santa Cruz, Luis Fernando Camacho, se convirtió en una de las caras más radicalizadas de la oposición.
El lunes 4 de noviembre Morales rechazó presentar su renuncia e instó a las fuerzas de seguridad a seguir respaldando al gobierno. Las protestas y los enfrentamientos continuaron en las calles.
El miércoles 6 manifestantes opositores incendiaron la Alcaldía de Vinto, en Cochabamba, y obligaron a la alcaldesa de ese entonces caminar descalza por el municipio, cubierta de pintura roja.
El viernes 8 dos motines policiales contra la reelección del presidente Evo Morales sacudieron Sucre, la capital constitucional de Bolivia, y Cochabamba.
El sábado 9 el presidente electo de Argentina Alberto Fernández expresó su respaldo al mandatario de Bolivia “ante el intento de interrumpir el orden constitucional” y advirtió que la región y la comunidad internacional deben “actuar ante cualquier hecho que implique un quiebre institucional”.
Morales, por su parte, llamó a la oposición y las Fuerzas Armadas a entablar un diálogo. Los partidos opositores rechazaron el llamado y exigieron la renuncia.
El domingo 10 el informe de la OEA reveló que hubo “irregularidades” en los comicios del 20 de octubre. Se destacaron los problemas técnicos del Sistema de Transmisión de Resultados Electorales, varios casos de falsificación de firmas y actas, y hasta un irregularidad en la cantidad de votos recibidos por Morales en el último 5% de los votos.
La Central Obrera Boliviana se distanció del gobierno del MAS y Juan Carlos Huarachi le pidió a Morales que asuma “la responsabilidad de renunciar para pacificar al país”. Los cobistas aseguraron que “no serán cómplices del derramamiento de sangre”.
Las Fuerzas Armadas de Bolivia también le sugirieron la renuncia. “Sugerimos al Presidente del Estado que renuncie a su mandato presidencial”, dijo el comandante en jefe, el general Williams Káliman en un pronunciamiento oficial. Los militares afirmaron que la solicitud respondía a la necesidad de velar por la seguridad nacional.
Renunciaron ministros del oficialismo, entre ellos el actual mandatario Luis Arce, la Vicecanciller y el Presidente de la Cámara de Diputados. Morales anunció que convocará nuevamente a elecciones. Aquí la carta de dimisión de Arce.
En un clima de gran incertidumbre, y luego de que las Fuerzas Armadas le sugirieron la renuncia, Morales, Álvaro García Linera y otras autoridades viaja a Chimoré, su tradicional territorio electoral.
Poco después Evo Morales, que había gobernado Bolivia por 14 años y quería hacerlo hasta morir, renunció a la Presidencia del Estado mediante una cadena nacional medios de televisión y huyó primero a México y luego a Argentina.
