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Eran hartos y… parió la abuela

Carlos Valverde

Analista político y periodista

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Y parió viejo conocido; Carlos Gustavo Romero Bonifaz. Nada menos que el protector del coronel Medina, en su pésima actuación en los trágicos sucesos del asalto a Eurochronos, el 13 de julio de 2017, cuando, a fin de demostrar que el gobierno estaba dispuesto a matar a cualquier asaltante o delincuente violento, las fuerzas del orden y seguridad, se llevaron la vida inocente de Ana Lorena Torrez Torrico.

“Un civil”, (al menos tuvo la decencia de no nombrarla), volvió a repetir el jueves pasado (cuatro años y 6 meses después) el ex ministro Carlos Romero a los medios, sin dejar de añadir que fue “lamentable” el hecho pero que, a decir de él se contuvo la violencia delincuencial (habría que analizar la violencia en esos años y hechos análogos para ver si es correcta su aseveración) aunque en el “balance social”, una muerte, como la de Ana Lorena resulta nada “favorable” para la ciudadanía que no quería (ni quiere) ver “violencia criminal institucionalizada”, sino que esperaba que el suceso, transmitido por video teléfonos llegaba y se replicaba a cientos de miles de personas que vieron el ajusticiamiento de la joven. Ese suceso terminó de la manera en la que terminó, sólo porque el objetivo era otro: demostrar que la policía sabía matar. Es un hecho, el propio Romero, Medina y los ejecutores directos de Ana Lorena, no observaron los procedimientos que se toman en cualquier parte del mundo en una toma de rehenes.

En efecto; en situaciones como la citada, la fuerza policial debe privilegiar a los rehenes; armar un cuarto de control de crisis, pedir tregua, entablar negociaciones, etc; la policía está entrenada para eso, pero esta vez primó el objetivo político, mostrar a cuánto estaban dispuestos a llegar; no se tomó en cuenta los pedidos de tregua y señales de rendición; no, cuando la política está encima de la ley, las vidas de delincuentes no valen nada, la de los civiles, son “daño colateral”.

Las policía sabe cuál es el procedimiento y casi siempre trata de cumplirlo, no por nada su eslogan es servir y proteger; en ninguna parte del manual dice que hay ensayar “el ejemplo aleccionador”, como modo de justificativo ante la sociedad o, peor aun seguir justificando lo hecho a tantos años a la distancia en el tiempo, porque había que dejar una lección. Medina sostiene que el operativo no hubo dirección (esa es su manera de evadir su criminal actuación) y Carlos Romero lo alaba diciendo que lo del coronel fue destacado en la misma, tanto que distinguieron y premiaron a los que participaron en los hechos aunque, varios de los condecorados en este momento estén enfrentados a un juicio por el homicidio de Ana Lorena los unos y, por responsabilidades en razón de su cargo (en este caso, irresponsabilidades) el otro (Medina); la investigación corrió a cargo del IDIF y de Policía Judicial; la “buena policía, por suerte eso estuvo en otras manos, no en las de Romero y Medina.
En Eurochronos todo se hizo mal; cómo se explica a la gente que, apenas transcurrido menos de 2 minutos ya había 2 policías en la puerta del lugar; llegaron antes que el cuarto asaltante incluso y nadie lo detuvo; cómo entender que el delincuente haya cruzado entre otros policías que ya estaban en la zona desde la avenida Irala, armado y con bolsos y mochilas para recoger el botín y no se lo haya reducido? Las imágenes de la grabación lo muestran llegando al lugar del asalto. No es todo; después nos enteramos que en la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen (Felcc), el día anterior al asalto hubo una reunión entre la “plana mayor de los jefes e investigadores” se avisó y puso en alerta del hecho que iba a ocurrir, precisamente en Eurochronos al día siguiente. No se hizo nada; al contrario, se dejó que el hecho ocurra. En una de esas y no debiera llamarnos la atención, era la ocasión que Romero estaba esperando para “advertir a los delincuentes” lo que les podía pasar si acaso intentaban ejecutar acciones violentas… después, tuvimos posibilidades de enterarnos de lo que rodeaba el caso y es patético; pero no es el tema.

Parece un guión cinematográfico muy bien imaginado pero, no fue un guión de cine sino un guión político terriblemente planeado y ; en ese hecho murieron 5 personas; como dice Romero, “un civil” (inocente), casi nos dijo que es parte de lo que los militares de las fuerzas aliadas contra la cruzada Yihadista llamaron “daño colateral”; es terrible lo que ocurre hoy: Romero sigue, a tantos años de lo ocurrido apegado a su guión, pese a que hay un juicio en curso, vanagloriándose de sembrar el pánico dejando advertencias escritas con sangre. Dejó muerte, no enseñanzas ni tranquilidad en la población. Todo se hizo mal y debió reconocerse entonces y, volver a hacerlo el jueves pasado.

El 2019, Romero, reconocía haber sugerido “la permanencia del coronel Gonzalo Medina en el cargo de director de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen (Felcc) de Santa Cruz”, porque hasta ese momento no tenía denuncias y porque sus operativos ayudaron a “reducir la tasa de criminalidad”. (Los Tiempos), cuando lo cierto es que el 2019 ya se sindicaba (entre las fuerzas policiales) a Molina y Moreira (M/M) de haber participado en un envío de 40 kgs de cocaína a Panamá y a Medina solo por una extorsión por 300.000 dólares.

Romero aseguró el jueves que él destituyó a Medina, cuando aparecieron las noticias de extorsión y sobre todo la ligazón del coronel con el narcotraficante extraditado Montenegro; lo que no dice, porque no le conviene, es que ya no tenía manera de salvarlo y le pareció mucho más conveniente tenerlo a un lado, porque las denuncias se habían hecho públicas y es una regla entre los mafiosos que: “no hay que dejarse pillar”.

Romero puede buscar salvarse del caso Medina pero debe reconocer que, si lo ratificó, era porque lo consideraba clave en el cargo. Para entonces ya se hablaba de las relaciones con los narcos y otros delincuentes; al final, denunciado e investigado por la “Dirección Departamental de Investigación Interna de la Policía, (Didipi) contra agentes de la Felcn”, Gonzalo Medina Sánchez, tuvo que reconocer haber entregado reconocimientos a Pedro Montenegro por colaborar en construcción de infraestructura para la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen (Felcc) y otras unidades policiales; eso fue el 2017!!!. Romero no sabía que “un civil desconocido había pagado la construcción de módulos policiales y frontones de pelota de mano? En serio?. El cargo de Comandante de la FELCC le daba a Medina “libertad de recaudación”?. Nunca se preocupó el ministro de saber de dónde salía la plata que él no había tramitado? Así se manejó la policía en el mando Romero?.

Romero terminó su tragicomedia del jueves pasado tratando de concentrar un mayor foco en Dávila y los hechos actuales, buscando distraer a los medios con un titular, sugiriendo, a modo de burla, un cambalache de extraditables entre nuestro país y EEUU; Dávila por Arturo Murillo y Sánchez Berzaín; no fue nada serio ni formal, como si este país estuviera como para chistes, ensayó uno muy malo, pero, qué le va a hacer… Ese fue la ratificación de su manera de vivir…

Ah… por si acaso, también trató de ensayar una defensa de Evo Morales, no logró siquiera debate serio… eso lo trataremos en algún momento… por ahora, lo que importa es que no hubo reconocimiento de nada; el relato de la “lección y ejemplo violentos” sigue,

Ana Lorena sigue haciendo falta, todos los días…

*La opinión expresada en este artículo es responsabilidad exclusiva del autor y no representa necesariamente la posición oficial de Publico.bo


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Carlos Valverde

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