“Fue un malentendido, no hubo secuestro, les dimos un susto”, aseguran ahora los avasalladores
Se reunieron con el INRA para mostrarse como inocentes del secuestro del jueves en Las Londras.
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Los integrantes de un grupo armado que emboscaron, secuestraron y golpearon a periodistas, policías, propietarios y trabajadores del predio Las Londras el jueves, dieron la cara en el municipio de Guarayos y aseguraron que no hubo secuestro, que no son vándalos ni criminales, y que todo se trató de un malentendido.
Esas personas se reunieron la tarde del viernes con autoridades del Instituto Nacional de Reforma Agraria, a quienes aseguraron que “no hubo un secuestro”. No obstante, periodistas, policías, propietarios y trabajadores del predio avasallado fueron retenidos contra su voluntad durante siete horas, fueron golpeados y las cámaras de tres redes televisivas fueron inutilizadas con disparos de armas de fuego.
“En su momento hubo un enfrentamiento, un mal entendido tal vez”, dijo uno de los campesinos, recordando que, en días pasadas otras personas, supuestamente enviadas por los empresarios (dueños de los predios), los atacaron con armas de fuego.
“A esas personas que nos metieron bala, nosotros los reconocemos, tenemos sus nombres y sabemos de qué empresa son. Ese fue el motivo de la rabia de los compañeros, tal vez en su momento les dimos un susto, pero no fue secuestro”, dijo uno de los campesinos.
Otro campesino que participó en la reunión con el INRA señaló que se quiere hacer ver a su sector como un grupo de “vándalos, criminales”, lo cual no es cierto. “Somos personas que trabajamos para dar seguridad alimentaria al pueblo”, aseguró.
Sin embargo, el video de uno de los periodistas secuestrados muestra el accionar violento del grupo armado. Según el testimonio de los periodistas, durante siete horas fueron amenazados de muerte y golpeados en el predio Las Londras. Algunos de los avasalladores llevaban puestos uniformes camuflados.
Este hecho generó una ola de críticas hacia el actuar del Gobierno que prometió intervenir de forma implacable contra las personas que retuvieron a los comunicadores.
