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Frenazo a la “aplanadora azul”
Está claro que la semana que acaba de terminar fue un periodo de reveses para la agenda de atropellos, para la “aplanadora azul” que estaba en marcha en el gobierno, fogoneada desde El Chapare.
Enumeremos lo vivido en los últimos días: 1) fracaso en la toma de Adepcoca y por lo tanto preservación de la independencia institucional de los cocaleros de Los Yungas; 2) congelamiento de la orwelliana Ley de Legitimación de Ganancias Ilícitas; 3) suspensión de la declaración del gobernador cruceño en la ciudad de La Paz; y 4) oferta de elevar el diálogo con la Marcha Indígena, del nivel viceministerial al ministerial.
Todo esto podría interpretarse como un brote de sentido común ante la perspectiva de conflictos escalables que pueden salirse del estado de lo “políticamente administrable” para el gobierno central.
El diálogo como resultado de la movilización
En todo caso, lo que puede ir quedando claro para la oposición y los movimientos ciudadanos es que el diálogo con un oficialismo como el actual no será logrado con simples exhortaciones o petitorios buenistas, como los que se ensayaron desde CC, sino que será el resultado de la demostración de un músculo social contrapuesto a los abusos antidemocráticos.
El ejemplo que Arce debería seguir
También por estos días, pero en Perú, se dio un interesante giro a la moderación que es digno de emulación. El presidente Pedro Castillo decidió deshacerse del ala autoritaria de su administración, prescindiendo del primer ministro y provocando la furia de Vladimir Cerrón, líder del neo-comunista Perú Libre.
Lo realizado por Castillo, quien demostró que sí es posible despegarse de los mentores radicales, marca el rumbo o el ejemplo que el presidente Luis Arce podría seguir, con un poco de valor civil e instinto de autopreservación política de mediano y largo plazo.
El evismo contraataca
Por supuesto, nada de lo anterior implica que el evismo permanezca de brazos cruzados, y para reafirmar la endeble narrativa del “golpe” ya activó al Procurador General del Estado, quien llevará a cabo un show diario en la semana que comienza, con un conteo “región por región” de 35.000 actas, entre los días 11 y 15.
Con estos eventos mediáticos y la consigna “no hubo fraude” se buscará quitarle algo de cámaras y atención a la agenda de movilizaciones democráticas, donde ahora parece estar radicada la iniciativa real.
Zigzag de la “tercera vía”
Mientras el movimiento cívico nacional ratificaba el paro para este lunes, se produjeron algunas maniobras en zigzag de parte de dirigentes no oficialistas, aspirantes a algún tipo de “tercera vía” centrada en la gestión, para reducir su exposición al choque político en ciernes.
El alcalde de Tarija dijo que su administración municipal abrirá el lunes, pero que los trabajadores que no asistan no sufrirán descuentos salariales. El burgomaestre paceño primero negó el acatamiento al paro y luego rectificó posturas, adhiriéndose a la medida. En Cochabamba, después de hacer su propia demostración de respaldo popular, Manfred optó por no dar declaraciones personales sobre el paro, pero la institución que comanda sí confirmó la suspensión de actividades, “a pedido del sindicato de trabajadores” de la comuna.
La batalla internacional por Jeanine
En el frente externo, las movidas contra la detención indebida de la ex presidente Añez terminaron con “una de cal y otra de arena”. Por una parte, previsiblemente, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) archivó el viernes un pedido de medidas cautelares, dándole la espalda al principio de defensa en libertad, aunque reclamándole mejores condiciones médicas al gobierno boliviano. No sorprende la decisión, teniendo en cuenta el sesgo ideológico impreso al organismo desde la gestión del ex secretario Paulo Abrão.
Donde parece caminar mucho mejor el respaldo a la ex mandataria es en la Eurocámara, donde Jeanine habría pasado de ser uno de tantos nominados a estar entre los favoritos para recibir el importante homenaje del Premio Sajarov, que podría contribuir a la visibilidad global de su cautiverio político.
*La opinión expresada en este artículo es responsabilidad exclusiva del autor y no representa necesariamente la posición oficial de Publico.bo