Luis Arce confrontó menos pero no le alcanzó para disipar la polarización en el país
El Censo postergado es la nueva piedra de toque con las oposiciones.
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En su mensaje por los 197 años de independencia de la patria el presidente Luis Arce no mencionó las consabidas frases confrontacionales “golpe de Estado” y “gobierno de facto” para no provocar la reacción airada de las bancadas opositoras, pero no fue capaz de generar un ambiente que invite a pensar en que busca disipar la polarización del país, esta vez por la postergación del Censo para un año preelectoral.
Su mensaje en la sesión de honor de la Asamblea Legislativa realizada en la Casa de la Libertad, en Sucre, capital del país, hizo un recorrido histórico y del presente de Bolivia, en el que hizo hincapié en lo logros de gestión de las crisis económica y sanitaria que enfrenta el país, aunque sin dejar de comparar los datos actuales con los del gobierno transitorio de Jeanine Áñez al que llamó “gobierno de ruptura constitucional”.
Destacó que el modelo económico que lleva adelante su administración logró que Bolivia sea una excepción en el mundo, ya que potencias y países vecinos enfrentan una escalada inflacionaria, primero por los efectos de la pandemia del coronavirus en el comercio mundial y ahora por las consecuencias de la invasión rusa a Ucrania.
También relievó los esfuerzos para encarar el Covid-19 con la adquisición de más de 24 millones de dosis de vacunas contra el virus y otras medidas sanitarias que han bajado significativamente los niveles de letalidad si se comparan los de la primera con los de la quinta ola del coronavirus. Sobre la crisis del sistema judicial, no mencionó ni una sola idea sobre su encaramiento.
Al finalizar su discurso de alrededor de una hora, denunció que intereses políticos internos y externos buscan desestabilizar su gobierno y convocó a la unidad de la población para enfrentarlos, lo que fue respondido por parlamentarios de las oposiciones con gritos de “censo, censo, censo…”, el tema político de coyuntura que obvió en su mensaje a los bolivianos.
Como ocurrió en anteriores mensajes o informes de gestión, Arce tuvo que elevar el tono de su voz para intentar aplacar los gritos de los opositores y concluyó su mensaje con un “jallalla Bolivia” que no fue suficiente para generar un ambiente de unidad que había reclamado en la parte final de sus palabras.
El Presidente fue menos confrontacional, pero no le alcanzó para disipar, aunque sea en el cumpleaños 197 del país, la polarización que su gobierno se encargó de mantener y profundizar en estos cerca de dos años de administración.
El Censo postergado para 2024, luego del relato oficialista de un inexistente golpe de Estado, por el que se sometió a un juicio ordinario a Áñez y otras exautoridades y excomandantes, es la nueva piedra de toque entre el Gobierno y fuerzas políticas de oposición, comités cívicos, sectores sociales e gobiernos regionales al extremo que este lunes y martes Santa Cruz llevará adelante un paro exigiendo Censo para 2023.
Precisamente en la capital de Santa Cruz, donde la polarización se expresa ahora entre el gobernador Luis Fernando Camacho, promotor del paro, y el alcalde Johnny Fernández, impulsor de antiparo, este sábado 6 de agosto hubo momentos de tensión cuando el burgomaestre fue tildado de “vendido, traidor, masista” por grupos de personas en la plaza 24 de Septiembre, en los actos por los 197 años de independencia del país.
Fernández escuchó los calificativos en la presentación de la ofrenda floral de la Alcaldía de Santa Cruz y decidió ya no participar en la iza de las banderas y en el Te Deum en la Catedral cruceña, lo que fue aprovechado por Camacho para afirmar que la ausencia del Alcalde demuestra que se alineó al masismo y al gobierno, en contra de la región que más creció en población y necesita una mayor transferencia de recursos.
