Escucha la noticia
El diccionario de la Real Academia Española define “sorpasso” como un italianismo no adaptado que significa “adelantamiento”, “acción de sobrepasar a otro”. En política se ha extendido en alusión al hecho de que un partido que solía quedar detrás de otro logra superarlo en votos.
El sentido literal es, entonces, el de “sobrepaso”, pero la palabra tiene también cierto eco de “sorpresa” y, por qué no, de “zarpazo”. Y eso es lo que acaba de suceder precisamente en Argentina con las Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO), donde la oposición superó ampliamente al oficialismo kirchnerista, tanto a nivel nacional como en su propio bastión del conurbano bonaerense.
Si se preveía que la coalición de Juntos por el Cambio (JxC) superase al Frente de Todos por unos 4 puntos en el promedio nacional, la diferencia a favor de los opositores fue finalmente de casi 10 puntos porcentuales. Y si se esperaba que el kirchnerismo retuviera el liderazgo en la provincia de Buenos Aires con una ventaja de 5 a 7 puntos, el resultado fue casi el inverso, con un triunfo de las listas de Juntos por el Cambio por casi 5 puntos.
Un dato interesante es que, de confirmarse estos guarismos en las elecciones legislativas de noviembre, entrará al Congreso una interesante camada de diputados de orientación liberal: Ricardo López Murphy y Martín Tetaz como corriente interna en JxC, Javier Milei y José Luis Espert por Avanza Libertad. Más allá de partidos, si pensamos en espacios ideológicos y sumamos los porcentajes obtenidos por López Murphy y Milei, el liberalismo alcanza el 25% del electorado en la ciudad de Buenos Aires.
Más allá del desgaste del kirchnerismo por su pésima gestión de la pandemia y de la economía, los resultados también están asociados al hecho de que Juntos por el Cambio tuvo unas primarias realmente competitivas, con una oferta plural que logró abarcar un espacio político más amplio, mientras que el kirchnerismo optó por la rigidez y el encapsulamiento de la lista única. JxC se está transformando en algo más que el simple macrismo, al punto que el expresidente no logró que sus candidatos preferidos se impusieran en la interna de varios distritos claves, como en Córdoba, donde ganó el locuaz y certero Luis Juez.
Ahora, contra lo que pueda indicar el sentido común, el kirchnerismo podría optar por redoblar su populismo, con una catarata de subsidios para tratar de remontar cifras de cara a noviembre, donde corre el riesgo de perder su hegemonía en el Senado.
¿Qué lecciones extraer para Bolivia de la experiencia argentina? Necesitamos diseñar con tiempo unas auténticas primarias para una oposición fragmentada, en busca de mecanismos de unificación que superen las coerciones del voto útil, preservando espacios distintos en función de los resultados regionales y hasta uninominales de esas internas.
Unas primarias competitivas también podrían inocular democracia orgánica en el Movimiento al Socialismo, dándole oxígeno a las corrientes contrapuestas al verticalismo evista.
*La opinión expresada en este artículo es responsabilidad exclusiva del autor y no representa necesariamente la posición oficial de Publico.bo