¿A qué juega Eva Copa?
Busca resolver las crisis que golpean a El Alto y construir su propio espacio de liderazgo político a nivel nacional.
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Las lágrimas de Eva Copa y su promesa de defender a Luis Arce para que concluya su mandato en 2026 han provocado reacciones políticas de todo tipo. Desde quienes se arrepintieron por haberla recibido en Santa Cruz, hasta quienes se frotaron las manos entendiendo que es el retorno al redil masista. Parece que unos y otros están lejos con sus interpretaciones, mientras ella prepara su próxima puesta en escena.
Como todas las autoridades del nivel central, departamental y municipal, Copa busca que la ciudad El Alto, la segunda más poblada del país, supere la pandemia del Covid-19 y reactive su economía lo antes posible. Para ello, necesita establecer vasos comunicantes que el ayuden a cumplir ambos objetivos porque de ello también depende su proyección política a nivel nacional.
Tras el rompimiento con el gobernador de La Paz, Santos Quispe, quien le cerró la puerta de la instancia de coordinación para combatir la pandemia, como lo hizo Evo Morales cuando quiso ser candidata del MAS en El Alto, no dudó en buscar otra opción para elevar el porcentaje de personas vacunadas en su ciudad y revertir el porcentaje de desaprobación ciudadana en la encuesta de Captura Consulting.
En cuanto a la reactivación económica, Copa viajó en junio a Santa Cruz, se reunió con entidades y grupos empresariales para facilitar la instalación de empresas cruceñas en El Alto y para que por primera vez los alteños puedan exponer productos y servicios en la feria exposición más grande e importante del país.
Fue recibida en la sede de la poderosa Cainco y se reunió con el Alcalde cruceño para impulsar el Censo de Población y Vivienda. No sostuvo encuentros con el gobernador Luis Fernando Camacho ni con la dirigencia del Comité Cívico Pro Santa Cruz, principales adversarios políticos del masismo.
Pero la estrategia de Copa va más allá. Busca proyectar su liderazgo construyendo un espacio propio, sin depender del partido cuya élite la marginó ni de organizaciones empresariales que pueden utilizarla como una fachada. Tiene un perfil distinto al que expresan los líderes políticos ya conocidos del oficialismo y la oposición y quiere capitalizarlo políticamente.
Es mujer, joven, profesional, tiene raíces indígenas, lidera la ciudad más grande del occidente del país y es heredera del pragmatismo político de El Alto. Necesita mostrarse como la bisagra entre las dos maneras de entender el país, pero al mismo tiempo como la puerta que puede abrir un nuevo tiempo para la política boliviana.
“Eva es la traducción de una mujer andina, contemporánea plena, es decir que puede conjugar con los dos mundos fácilmente, los puede articular y convertir en una acción política”, afirma Elizabeth Huanca, politóloga y escritora aymara, en una entrevista publicada este lunes por la periodista Liliana Carillo de Página Siete.
Copa necesita tiempo para mostrar resultados municipales y ser la nueva encarnación de la renovación política con experiencia institucional. Por ello, su compromiso con Arce para que cumpla su mandato de cinco años en la Presidencia del país y evitar que Morales intente adelantar su retorno a la conducción del país. Así como ella representa una amenaza política para Morales, el jefe del MAS puede desbaratar sus planes de cara al futuro.
En septiembre, cuando se realice la Expocruz 2021 y el empresariado de El Alto tenga por primera vez un stand en el evento ferial que mueve muchos millones de dólares y abre grandes oportunidades de negocios, es probable que Eva Copa retorne a la capital cruceña para consolidar los lazos público-privados; haya mejorado su perfil de autoridad municipal y, sobre todo, se vea en ella un liderazgo político viable, capaz de articular a los sectores opuestos y enguerrillados del país.