Análisis críticos y propuestas de solución: la crisis de fondo se mantiene y la reconciliación en Bolivia es una utopía
Los editoriales de domingo de Página Siete y el Deber y la columna de Juan Del Granado abordan la encrujicada en la que se encuentra el país y su difícil resolución en el corto tiempo.
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Página Siete
El tema analizado por diarios y articulistas este domingo fue la reclamada reconciliación versus la mantenida confrontación en Bolivia. El editorial de Página Siete destaca voces dentro y fuera del MAS, como la expresada por la Iglesia Católica, que “frente al callejón sin salida” plantean reconciliar el país, lo que no debe entenderse como “hacer un borrón y cuenta nueva sobre los sucesos de 2019, sino de separar la justicia de la persecución”. Está claro para el diario de La Paz que “la gran mayoría de los actores políticos y sociales coinciden en que es necesario esclarecer los hechos de Sacaba, Senkata, Huayculi, Montero, Vila Vila, Pedregal, La Paz, entre otros sitios donde se produjeron violaciones a los derechos humanos”.
Pero, lamenta que el gobierno del MAS busque aplastar a sus adversarios políticos, a los facilitadores del diálogo y hasta expresidentes y gobiernos extranjeros que tuvieron algún rol en la gravísima crisis política de 2019 con el caso del supuesto “golpe de Estado”. “El más duro entre los duros es el jefe del MAS, Evo Morales, quien rechazó la reconciliación con estas palabras: ‘No va a haber reconciliación con fascistas, racistas, salvo que entendieran que nuestra ideología y nuestro programa está bien para Bolivia’”, afirma Página Siete que advierte que pese a tener legitimidad, el gobierno prefiere “nutrirse del enfrentamiento en vez de promover la reconciliación”.
Firme en su posición de acabar con la confrontación, el diario crítico a los gobiernos del MAS destaca la propuesta del secretario ejecutivo de la Conferencia Episcopal de Bolivia, monseñor Ricardo Centellas, quien en una entrevista con ese medio propuso separar la justicia de la persecución en busca de una verdadera reconciliación, “’haciendo la investigación imparcial, haciendo que el sistema judicial no responda a intereses políticos, haciendo que el sistema judicial sea realmente un órgano independiente’”.
El Deber
El influyente periódico cruceño realiza un ejercicio de contrastación entre la obstinada acumulación de poder por parte del MAS y la todavía inexistente fórmula para reconciliar Bolivia. Después de recordar la frase que Evo Morales utilizó para rechazar cualquier reconciliación con “derechistas, fascistas o racistas”, El Deber incorpora otro elemento a la dicotomía, el ingreso “a territorios comunitarios de origen para tomar posesión a como dé lugar, aunque esto signifique el uso de agresiones o ser favorecidos por el gobierno que es bueno para reconocer los derechos de los partidarios y descalificar los de los grupos críticos y contestatarios”.
“Ya se sabe lo que ocurre cuando se mantiene la confrontación. En cambio, si se impulsara la reconciliación, el país podría tener estabilidad política, consolidar una economía en la que todos los sectores ganen y se comprometan a generar desarrollo; los avances sociales serían sostenibles y el bienestar de los unos no se basaría en la derrota de los contrarios, sino en el bien común”, afirma el editorial de El Deber que al mismo tiempo reconoce que es una utopía dado el escenario nacional de confrontación.
Pero insiste. Sostiene que “Bolivia se encuentra en un momento en el que aún se puede construir esperanza, unidad y un mejor horizonte para todos” y traslada el desafío a los gobernantes elegidos con el 55% de los votos en las últimas elecciones. “El presidente Luis Arce y el vicepresidente David Choquehuanca tienen la oportunidad de marcar una diferencia con relación a la radicalidad de Evo Morales y muchos de sus allegados. Actuar en consecuencia puede distensionar, no hacer nada o seguir alimentando las diferencias tenderá fortalecer las posiciones extremistas y terminará desbordándose con imprevisibles consecuencias”.
Juan Del Granado – El Deber
El destacado jurista y columnista de los principales medios escritos del país Juan Del Granado expresa que “seguimos en una crisis sin salida”, que pudo comenzar a ser resuelta democráticamente en las anuladas elecciones presidenciales de 2019 pero que el intento se frustró por el fraude electoral del 20 de octubre de ese año y ahora parece más lejano con el “núcleo discursivo” oficialista del supuesto “golpe” que activa un “despliegue gubernamental autoritario y represivo”, con la “proliferación de juicios y detenciones ilegales como la de la ex presidenta Áñez (y) con el aditamento último de la ‘conspiración internacional de la derecha’”.
Del Granado va más allá. Cree que mientras las grandes preocupaciones de la gente son la incertidumbre y la desesperanza que provocan la pandemia y la crisis económica, el oficialismo y las oposiciones alimentan las retóricas de “golpe” o “fraude” porque en el fondo tienen serios problemas irresueltos. En el caso del MAS y sus dos gobiernos, según el abogado y ex alcalde de La Paz, tienen entre las manos un proyecto estatal “estancado” desde hace varios años y los sectores opositores tienen la frustración de no haber construido “ni siquiera inicialmente, una propuesta estatal alternativa”.
“Por ello no tiene destino que unos sigan perorando con el ‘golpe’, sin remontar su estancamiento programático y sin renovar un ápice su visión de país. Y que los otros sigan zapateando reactivamente en el ‘fraude’ sin iniciar ninguna propuesta estatal distinta”, afirma Del Granado cuyo texto de opinión termina haciendo referencia a la frase del jefe del MAS tomada por los editoriales de Página Siete y El Deber y que desahucia cualquier atisbo de reconciliación. “Los dichos de Morales no son buenos consejos gubernamentales, ni deben ser el referente a superar por los opositores”.