Cruce de ideas entre los que destacan la medida de exigir carnet anticovid o PCR y quienes arguyen el “derecho a no vacunarse”
Resumen de los editoriales de El Deber y Página Siete, y del artículo de Rafael Puente..
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Puertas cerradas a los no vacunados – El Deber
Para el influyente diario cruceño, la orden gubernamental, mediante un decreto, a instituciones públicas y privadas para que exijan el carnet de vacunación anticovid o pruebas PCR negativas desde el sábado 1 de enero, es “una de las medidas de presión más importantes para incentivar a la gente a vacunarse”. En la primera parte de su editorial de este 25 de diciembre hace énfasis en que las personas que no se vacunaron deberán cumplir con un “procedimiento incómodo y costoso porque una prueba PCR implica un hisopado nasofaríngeo y un pago que ellos tendrán que cubrir”.
“La salida que encontraron las autoridades es inteligente”, afirma El Deber ya que “dejar solo a la libre voluntad de los ciudadanos la decisión de vacunarse contra el virus no fue suficiente”. Puntualiza que un tercio de la población que se resiste a la vacunación esgrime “argumentos falaces que no tienen ningún sentido, y que se asocian más a la ignorancia que a razones válidas”. En el ámbito de la educación, destaca que no se haya prohibido la inscripción a los estudiantes que no se hayan vacunado, pero que sí deban presentar carnet o PCR negativo para ingresar a las aulas.
“Para ser consecuentes con una acertada política (…), habrá que prohibirle al vicepresidente David Choquehuanca el ingreso a sus oficinas de la Vicepresidencia”, desafía El Deber y cierra su editorial navideño señalando que lo de Choquehuanca no debe ser tomado como una “anécdota de mal gusto”, sino un ejemplo negativo para amplios sectores campesinos de áreas rurales. “Si el líder al que ellos siguen no se ha inyectado debe ser por algo (…), y por tanto también ellos se niegan a la inmunización”.
La obsesión de las vacunas – Rafael Puente
En su último artículo de opinión, Rafael Puente, crítico del oficialismo desde el denominado proceso de cambio, cuestiona al Ministro de Salud por “insistir en la obsesión de las vacunas contra el covid” bajo el argumento de que “el derecho a no vacunarse no puede estar por encima del derecho de los demás a la salud” y dando “valor científico” a las pruebas PCR que seguirían en “período de prueba”. “Parece que lo que quiere el ministro es quedar bien con la Cepal, que se ha prestado a determinar que América Latina y el Caribe sirvan para poner a prueba la eficacia y confiabilidad de las vacunas, que con mucha frecuencia han mostrado ser negativas para la salud de la población”, afirma Puente.
“Hay estudios específicos que nos muestran que las vacunas como tales contienen elementos peligrosos para la salud, como aluminio, beta-propialactone; polimixin-B; ADN animal, bacterial y viral; glutaradehyde; formaldehido; mercurio; glutamato de monosodio; phonoxyethanol…”, afirma el articulista y añade que cada persona o familia tiene el derecho de no creer en esos peligros. “Pero todas y todos tenemos también el derecho de rechazar esos peligros y de no vacunarnos. ¿Qué es un riesgo? Puede ser, pero no dejamos de tener el derecho a correr ese riesgo”, argumenta.
Puente señala que sería más saludable fortalecer el organismo en base a una sana alimentación o la utilización medicinal del Dióxido de Cloro que “está formalmente aprobado en nuestro país y que está disponible a precios baratos”. “De un ministro de Salud de nuestro gobierno esperábamos que esté al tanto de todo esto y no caiga en la trampa de los negociadores de vacunas. Tampoco tiene que maldecirlas, pero no puede actuar como un representante del negocio mundial de la salud”, sentencia Puente y termina su artículo afirmando que “todos tenemos derecho a equivocarnos, pero no a imponer nuestras equivocaciones”.
Hay que frenar a los antivacunas – Página Siete
Su editorial de este lunes enfatiza que la medida de exigir el carnet de vacunación contra el Covid-19 o pruebas negativas de PCR busca bloquear a los movimientos antivacunas a los que parece no importarles que hasta la fecha hayan muerto 19.500 personas en Bolivia y cinco millones en el mundo. “Estos grupos manejan desde argumentos ridículos, como el hecho de que las vacunas transforman a las personas en animales, hasta otros que cuestionan los componentes de las vacunas”, afirma Página Siete que recuerda a quienes dicen tener el derecho de no vacunarse, que tienen el deber de no dañar la salud del resto.
“Hay quienes sostienen que las vacunas contienen sustancias peligrosas, como aluminio y mercurio, pero en un día normal respiramos, ingerimos o bebemos 30 a 50 mg de aluminio, más de 20 veces de la dosis reglamentaria máxima contenida en una vacuna”, explica el editorial de Página Siete e insiste en que “nadie ha propuesto forzar la vacunación de los antivacunas, pero ellos están obligados a no poner en riesgo al resto y, obviamente, a cumplir la ley”.
Página Siete puntualiza que muchos antivacunas terminaron enfermos o incrementaron las estadísticas de fallecidos por Covid-19 que no dejan de crecer desde 2019 y rescata el cambio de posición de Lorenzo Damiano, “líder” del movimiento antivacunas contra el Covid-19 en Italia. Relata que luego de haber llegado a un hospital infectado con el coronavirus, Damiano sostuvo: “Claramente, mi visión ha cambiado, estoy listo para decirle al mundo lo importante que es seguir colectivamente la ciencia, la que te cura y te salva”.