Editoriales de los periódicos más importantes de Bolivia cuestionan este miércoles los atropellos a los periodistas del país
El Deber, Los Tiempos, Opinión y Página Siete se pronuncian sobre las agresiones a la prensa en los últimos cinco días.
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El Deber – Intolerable agresión a periodistas
En tono crítico, el editorial del diario cruceño describe este miércoles los atropellos que sufrieron periodistas en Santa Cruz, Cochabamba y La Paz en los últimos cinco días, precisando que las agresiones en la capital del Valle fueron cometidas por civiles afines al Alcalde de Cochabamba, pero marcando que los hechos de mayor gravedad vinieron de los miembros del equipo de seguridad del Presidente y de policías antimotines. “… el Estado, lejos de proteger la libertad de prensa vigente en el país y la labor de los profesionales de la comunicación en el ejercicio de sus funciones, resulta que paradójicamente es el mayor violador de la norma y agresor de periodistas”, afirma El Deber.
Y luego el editorial lanza la siguiente pregunta: “¿Esta es la política del Gobierno de Luis Arce frente a los periodistas y los medios de comunicación?”. El Deber desafía al gobierno a “salir a aclarar si las agresiones a periodistas en Santa Cruz y La Paz se hicieron por orden de alguna autoridad gubernamental o si los miembros de la seguridad del presidente o la Policía Nacional tienen autorización para cometer esos atropellos”. De no ser así, espera que los agresores, que son funcionarios púbicos, sean sancionados como corresponde.
Los Tiempos – Periodistas en riesgo
Su editorial de este miércoles introduce un elemento central para el riesgoso ejercicio del periodismo y, lo más importante, es una mirada desde el exterior del país. Se trata de una de las constataciones del grupo de expertos independientes de la CIDH que entregó su informe hace un mes sobre la grave crisis política de hace dos años. “Nunca antes había sido tan difícil ejercer el periodismo en Bolivia”, afirmaron los integrantes del GIEI que luego recomendaron “reforzar las garantías institucionales, administrativas y judiciales para proteger la libertad de prensa y el ejercicio libre y seguro de la actividad periodística”.
El diario cochabambino precisa que los atropellos a la prensa van más allá de las agresiones físicas. Recuerda que “a fines de agosto, varias autoridades del Poder Ejecutivo expresaron su descontento con la cobertura realizada por Los Tiempos, El Deber y Página Siete del desempeño de la misión del gobierno en la reunión extraordinaria del Consejo Permanente de la OEA. Eso, por la marcada diferencia entre la información publicada en esos diarios y la difundida por los medios estatales” y paraestatales.
Opinión – No más agresiones, garantías para la prensa
En su editorial de este miércoles, el periódico de Cochabamba menciona un dato preocupante en esa región aportado por la dirigencia de los trabajadores de la prensa: 95% de las agresiones a los periodistas ha quedado en la impunidad, por lo que Opinión afirma: “Si los ataques contra la prensa continúan bajo el manto de la impunidad, los agresores seguirán haciendo de las suyas, pero no solamente contra los periodistas sino contra cualquier persona que se atraviese por su camino y reclame por alguna irregularidad”.
El editorial menciona el atropello que sufrió el periodista Miguel Rojas Fernández, integrante de esa casa periodística, que fue atacado por 10 seguidores del alcalde cochabambino Manfred Reyes Villa cuando realizó la cobertura de la vigilia instalada el lunes en la noche en la plaza principal del Cercado y los abusos que cometían esos individuos. “Los administradores de justicia deben trabajar para prevenir y, en su caso, sancionar las agresiones contra profesionales que solo hacen su trabajo”, reclama Opinión.
Página Siete – Intimidación, abuso y mentiras policiales
Siguiendo la línea marcada por el titular del editorial de Página Siete, la intimidación de un oficial de la Policía al periodista Carlos Quisbert comenzó cuando en medio del conflicto en Adepcoca el primero espetó: “¡Estás en problemas!”. Luego vinieron los abusos por parte del sujeto uniformado atropellando a Quisbert con su motocicleta, la agresión que sufrió de ocho policías, incluida una gasificación, para detenerlo e introducirlo a empujones a una patrulla y la entrega del comunicador a la Fiscalía para que le abra un caso penal que convierta al “policía agresor” en víctima.
Y ahí vienen las vergonzosas mentiras. Primero expresada por las redes sociales del Ministerio de Gobierno en sentido de que Quisbert habría golpeado al oficial-matón y segundo la denuncia del sujeto ocultó en su uniforme ante la Fiscalía “por lesiones graves y leves y por destrucción del patrimonio público”, cuando existen videos que muestran exactamente lo contario. “¿Cómo podemos sentirnos seguros con policías capaces de deformar la realidad a ese extremo y con tanto descaro? ¿Cómo no sospechar que detrás de esta acción policial hay otros intereses?”, pregunta Página Siete.