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La virtualidad, el teletrabajo, la flexibilidad laboral llegaron para quedarse. Intentar volver a la prepandemia puede ser un retroceso para las compañías, especialmente cuando en más de dos años se han hecho importantes inversiones en tecnología, capacitación y adecuación a nuevos sistemas para realizar este tipo de trabajo. En lo que se está hoy, es hacer del trabajo híbrido un modelo exitoso.
Varias investigaciones y muy recientes afirman la preferencia actual de los colaboradores por la virtualidad sobre la presencialidad. Un último informe de la investigación de Great Place to Work a 50.000 trabajadores del mercado colombiano, afirma que el 62% preferiría trabajar de dos a tres veces en formato remoto, mientras que solo un 10% no desearía la virtualidad. Este indicador varía en la población femenina, un 91% prefiere el trabajo flexible.
Ahora bien, cuando las empresas deciden pasar de la presencialidad a la modalidad 100% virtual, hay diversos elementos a considerar, dos indispensables: Productividad – Bienestar.
Productividad, Microsoft logró implementar un formato híbrido de manera exitosa, en la cual el 82% de una población de más de 30.000 funcionarios consiguieran entre mantener y aumentar su productividad con un impacto positivo en el equilibrio personal y laboral.
Para obtener buenos resultados en temas de productividad, es necesario definir claramente las funciones de los colaboradores, el alcance del trabajo, el tiempo de entrega de las tareas y objetivos Smart. Se requiere realizar seguimiento cercano al desempeño, no lo conocido como control, porque en la virtualidad hay un factor elemental, la confianza, a través de la autonomía al colaborador. La organización debe medir la productividad y apoyar para que el trabajador mejore sus niveles de rendimiento laboral.
Bienestar, las prioridades han cambiado para las personas desde que el Covid es parte de nuestras vidas. Nunca ha estado tan presente el enfoque en la persona como un ser integral, la indisolubilidad del ser humano que es mente, cuerpo y espíritu, un ser de relaciones, emociones e intelectualidad. Para alcanzar una cultura híbrida o remota, se requiere ayudar a la persona a conseguir el equilibrio personal y laboral, ocuparse de su salud mental y física, desarrollar la inteligencia emocional, la resiliencia, la adaptabilidad, entre otros. Se requiere conocer sus necesidades e implementar acciones de impacto.
La virtualidad laboral, supone contar con líderes híbridos y oficinas virtuales que funcionen acompañados de una cultura flexible. Cuando se crea un modelo de trabajo híbrido se deben contemplar las ventajas y desventajas. Entre las ventajas podemos mencionar el ahorro de tiempo de movilidad al lugar de trabajo, gastos en trasporte, costos en bienes raices, reducción de gastos fijos, contratación de nómadas digitales y mayor posibilidad de atraer talento diverso. Entre las desventajas está especialmente la dificultad para la conexión íntima, que se da cuando damos un saludo, un abrazo o mismo así cuando tenemos una conversación personal. Las desventajas se acrecientas cuando no tenemos solucionado temas tecnológicos, de productividad y bienestar.
La cultura de trabajo híbrida es la combinación de sistemas, comportamientos y valores en el lugar de trabajo; es la transformación de las relaciones laborales. Esta forma de interacción supone un desafío para las empresas competitivas que buscan atraer y fidelizar al mejor talento. Es la tendencia actual y del futuro, como nos ajustamos marcará la diferencia en los negocios.
*La opinión expresada en este artículo es responsabilidad exclusiva del autor y no representa necesariamente la posición oficial de Publico.bo
