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Alberto y Cristina: ¿Desequilibrados o en guerra secreta entre ellos?

Las dos últimas apariciones del presidente y su vice fueron claros manotazos de ahogado por necesidad. ¿Cometieron graves fallidos o se están tirando entre ellos con munición gruesa, con una sutileza que no logramos interpretar?

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Por Marcelo Duclos1

Sería muy sencilla la nota del título fácil que diga “Cristina Kirchner entregó a Néstor postmortem” o “Alberto Fernández amenazó de muerte al fiscal Diego Luciani”. No habría más que remitirse a las palabras de la vicepresidente en la transmisión desde su oficina del Senado o repasar las insólitas palabras del jefe de Estado este miércoles en TN.

A veces en política uno tiende a buscarle una lectura más rebuscada a los hechos, cuando parecen demasiado burdos y explícitos. Sin embargo, en varias oportunidades la interpretación simple es la más acertada. Si es así, tanto Alberto como Cristina están absolutamente enajenados y son capaces de decir cualquier estupidez frente a las cámaras, que los perjudiquen más a ellos que a nadie más. Claro que cuesta asumir que las dos cabezas del Poder Ejecutivo estén absolutamente perdidas, como para decir tales barbaridades. Por eso es necesaria alguna reflexión un poco más profunda, y probablemente algo rebuscada. Sin embargo, por la historia de ambos personajes, no habría que descartar por completo que algo esté pasando, que se nos esté escapando a todos.

Anteayer, desde la presidencia del Senado, CFK transmitió en vivo el discurso político que no le dejaron dar en el marco del juicio de la obra pública (ya había declarado), luego del pedido de condena de la fiscalía. Podía haberlo grabado, pero su ego pudo más. Ella se considera la oradora más grande de la política argentina y puede que lo sea (si uno se limita a juzgar el “talento” de hablar una hora y media de corrido, dejando de lado el contenido del discurso). Quería tener al país en vilo para su transmisión en directo y lo logró. Sin embargo, a pesar de sus virtudes del ámbito retórico, no pudo evitar mostrarse nerviosa, casi desesperada. Aunque el núcleo duro de su exposición fue la descalificación del tribunal y la fiscalía, además de su denuncia al empresario amigo de Macri Nicolás Caputo, la presentación de Cristina dejó una perlita: Se preguntó por qué ella es la supuesta jefa de una asociación ilícita en la obra pública, cuando su esposo firmó la fusión de Cablevisión (Grupo Clarín) con Héctor Magnetto, asiduo visitante de la Casa Rosada por esos días. No fueron pocos los que aseguraron que se trató, o de un fallido, o de una “entrega” al fallecido Néstor Kirchner, que era el que tenía el vínculo con Lázaro Báez (que ella “heredó”).

Sin embargo, si uno acude al archivo, puede encontrarse con un documento que podría explicar, tanto la declaración de Cristina como la sorpresiva aparición de Alberto Fernández en TN anoche. Hace casi una década, en medio del enfrentamiento de los que hoy son presidente y vice, CFK sugería que el cerebro detrás de la fusión entre Cablevisión y Multicanal no fue otro que el mismo Alberto Fernández. Su exjefe de Gabinete, que cuando tuvo que elegir entre el Grupo Clarín o Cristina (en el marco de la disputa de la Ley de Medios), se quedó con Magnetto y se fue del gobierno.

Anoche, en medio de los rumores de un eventual indulto (en el caso de condena contra CFK), Alberto apareció en el canal de noticias del medio más antikirchnerista, del que paradójicamente él es “hombre”, como aseguran los que entienden algo del poder real en Argentina. Es claro que Magnetto le dio el visto bueno a Fernández para convertirse en presidente por el Frente de Todos y es evidente lo que Cristina resignó: dejarse de joder con la Ley de Medios y con el Grupo Clarín. Si por algo se caracteriza este cuarto episodio kirchnerista es por la desaparición de la agenda del desguace del “Gran diario argentino”, que le frenó la Corte Suprema de Justicia en su momento.

En el marco de una entrevista demasiado amigable dadas las circunstancias, Alberto dijo que el fiscal Luciani no corre ningún peligro y que espera que no termine haciendo lo mismo que Nisman (siguiendo la tesis del suicidio que suscribe desde que se amigó con Cristina). ¿La lectura superficial? La burda amenaza, claro. Sin embargo, lo único que logró fue recordarle a la opinión pública al desaparecido fiscal que murió luego de denunciar a CFK. ¿Fue una casualidad la elección de la señal del Grupo Clarín y su insólita declaración, o estuvimos viendo algo más que nos pasa por al lado? Hilando fino, alguien podría pensar que, en lugar de estar amenazando al fiscal (que públicamente critica), el presidente pudo haberle enviado un mensaje subliminal a su vice, desde la pantalla que más odia.

Ya sea que todo esto sea mera casualidad, y que realmente estemos viendo a dos personas desesperadas e improvisando, o que exista algo que nos estamos perdiendo, ambos escenarios son más que preocupantes.


1Nació en Buenos Aires en 1981, estudió periodismo en Taller Escuela Agencia y realizó la maestría de Ciencias Políticas y Economía en Eseade. Es columnista de opinión invitado de Perfil, Infobae y músico.

*Este artículo fue publicado originalmente en panampost.com el 25 de agosto de 2022

*La opinión expresada en este artículo es responsabilidad exclusiva del autor y no representa necesariamente la posición oficial de Publico.bo


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