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La trascendencia del festival “Misiones de Chiquitos”

Oscar Ortiz Antelo

Ha sido senador y ministro de estado.

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La próxima realización del XIII Festival Internacional de Música Renacentista y Barroca Americana “Misiones de Chiquitos”, es una oportunidad propicia para apreciar no solo una expresión cultural de gran calidad e inmensa importancia, sino también comprobar la gran contribución de la cultura, promovida desde la sociedad civil, a la integración de una nación, a su desarrollo económico y social y a la lucha eficaz contra la pobreza.

El Festival, que se realiza de forma bianual y que se desarrollará después de dos años de suspensión por la pandemia de la COVID 19, es esencialmente una muestra del éxito del emprendedorismo social y de la gran contribución que las instituciones de la sociedad civil, con el apoyo de la iniciativa privada, pueden brindar al progreso departamental y nacional.

Organizado por la Asociación Pro Arte y Cultura, APAC, una entidad conformada por ciudadanos voluntarios comprometidos con la promoción cultural y el rescate de nuestro patrimonio artístico, el festival ha tenido un impacto que trasciende la manifestación cultural y el rescate de nuestro acervo musical misional.

Gracias al impacto que se logra durante los diez días de conciertos, se proyecta su efecto de forma sostenida sobre familias, comunidades y municipios, pues constituye una plataforma desde la cual se han desarrollado otras actividades como ser el turismo y los servicios que este demanda como la artesanía, la hotelería, la gastronomía, la guía y el transporte de turistas; constituyendo una fuente de economía y de generación de empleo, con efecto multiplicador permanente.

No solo ello, quizás el beneficio más importante de esta actividad sea su efecto sobre la educación de millares de jóvenes que, gracias a este movimiento cultural, se han integrado a sus coros y orquestas, y han encontrado un medio y una motivación para finalizar sus estudios secundarios y continuarlos a nivel universitario, llegando muchos de ellos incluso a cursar estudios de postgrado en otros países.

Esta mejora en los niveles de educación les ha dado otra dimensión a sus vidas y a sus comunidades, existiendo diversos estudios que han identificado una diversidad de efectos positivos en la mejora de la calidad de vida, individual y colectiva, de las poblaciones a las que pertenecen.

En un país, donde poca importancia se le da a la cultura y donde el estado, en sus tres niveles, tiene poca continuidad y estabilidad, en sus políticas de promoción cultural y en el apoyo a sus artistas y gestores culturales, la continuidad, la institucionalidad y la seriedad que ha demostrado APAC, ha permitido lograr el apoyo del empresariado, de la cooperación internacional y de personas, que permiten el financiamiento de sus actividades, dado que el apoyo estatal es insuficiente.

Esta trayectoria institucional comprueba lo que ya escribió Alexis de Tocqueville en su famoso libro, La Democracia en América, en el cual resaltaba el inmenso poder de la sociedad civil para organizarse y suplir las carencias de la sociedad, respondiendo con mayor eficiencia y eficacia a las necesidades de los sectores menos favorecidos, mediante una multiplicidad de iniciativas que no solo solo responden al sentido de solidaridad sino que también generan oportunidades sostenibles de progreso que benefician al conjunto de la sociedad.

Por ello, constituye una tarea pendiente implementar en Bolivia un sistema efectivo de exenciones tributarias por el cual el estado cede una parte de sus recaudaciones a organizaciones de la sociedad civil que realizan labores asistenciales, promoción cultural, investigación científica, entre otros fines, esquemas que han dado muy buenos resultados, incluso en los países más desarrollados. De esta forma, tendríamos centenares de entidades como APAC sirviendo a la sociedad y el mismo estado se beneficiaría por las necesidades que atienden y el desarrollo que generan.

Sin embargo, quizás el mayor beneficio del Festival de Música “Misiones de Chiquitos” sea el mostrarnos a todos que pertenecemos a una cultura esencialmente mestiza, de la cual todos debemos enorgullecernos y en la cual todos podemos encontrarnos e integrarnos, enseñándonos el camino para que desaparezcan las grietas y las divisiones entre bolivianos.

*La opinión expresada en este artículo es responsabilidad exclusiva del autor y no representa necesariamente la posición oficial de Publico.bo


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Oscar Ortiz Antelo

Ha sido senador y ministro de estado.

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