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En Santa Cruz la mayoría de la people, elige un restaurante para ser visto y hacerse ver, un sitio fashion para decir que él o ella son fashion, a veces poco importa la comida y van por figureti para ver y ser visto. En nuestra ciudad hay muy poca gente que disfrute de verdad de la gastronomía y vaya a un sitio realmente bueno y no a un simple buen escaparate.
Eso no quiere decir que hay muchos restaurantes donde van los figuretis también tiene un nivel muy alto, pero desgraciadamente el público figureti no sabe apreciar las minucias de un level gourmet o de cocina extraordinaria de un simple, sencillo y humilde restaurante.
Yo siempre recuerdo que en Buenos Aires, un día entré a un restaurante casero de medio pelo de la Calle Vicente López y me encontré sentado en una mesa a los mejores entendidos en gastronomía en Latinoamérica, el escritor, crítico gastronómico y abogado Miguel Brascó.
Pero a los que vamos a los sitios más para disfrutar a lo Epicuro y no a lucir el palmito, el mundo online está revolucionando los hábitos de los consumidores en todos los ámbitos y, como no podía ser menos, también cuando elegimos un restaurante. Si hace unos años para decidirnos por un establecimiento un restaurante éramos fieles a lo que nos decían los expertos o las guías tradicionales, ahora son los propios usuarios los que a través de sus opiniones en webs o en redes sociales influyen en nuestra decisión final.
Al menos así lo indica un reciente estudio realizado por “el-tenedor”, la guía gastronómica de online más importante de Europa y según el cual las opiniones se sitúan, tras la relación calidad-precio, como el segundo factor que más tenemos en cuenta cuando elegimos un restaurante, por encima de otros como la cercanía, las promociones o el ambiente.
De hecho, más de un 75% de los encuestados afirma que antes de reservar un restaurante consulta siempre las opiniones dejadas por otros usuarios, siendo decisivas para más de un 45%. En cuanto a qué tipo de opiniones tienen más peso en la decisión final, un 67% manifiesta que tiene en cuenta las positivas y negativas a partes iguales.
Entre las razones por las que los internautas consultan estas opiniones. Más de la mitad comenta que lo hace para comparar y descartar opciones.
Cerca de un 24% lo hace en busca de recomendaciones o para verificar que lo anunciado es real. Respecto a ‘de quién se fían más’, tras los críticos gastronómicos de prestigio, la familia y los amigos más de un 30% valora más las opiniones dejadas por otros usuarios con los que se siente más identificado que con las de los grandes expertos gastronómicos.
Y al igual que les gusta consultar opiniones, los internautas también quieren participar y compartir su experiencia con la comunidad, así lo confirma cerca de un 45% que señala que a menudo comparte sus opiniones en la red y que lo hace para servir de guía a otros usuarios, mostrar su satisfacción o desahogarse en caso de una mala experiencia.
Mi opinión es que esto del online va bien para saber y descubrir buenos establecimientos gastronómicos, pero me fio más ver con reiteración sentado delante de una mesa con manteles a cuadros a un crítico gastronómico en un restaurante que a cuarenta mil influencers y figuretis pagados posteando online las virtudes de los locales.
*La opinión expresada en este artículo es responsabilidad exclusiva del autor y no representa necesariamente la posición oficial de Publico.bo
