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Vivimos una polarización afectiva en Santa Cruz

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El conflicto entre el Estado central y el departamento de Santa Cruz, a causa del desacuerdo por la fecha del Censo de Población y Vivienda, ha sido de alta intensidad y desembocó en una polarización afectiva.

Los bloqueos, cercos, enfrentamientos en las calles, arremetidas policiales y cabildos son evidencias de aquello. ¿Por qué las propuestas de censo 2023 y 2024 se constituyeron en dos escalas de tiempo que detonaron la polarización afectiva entre el poder regional y estatal?

La polarización básicamente significa tomar distancia. Sin embargo, es importante distinguir la polarización ideológica de la afectiva. Mientras la ideológica implica el posicionamiento de ciudadanos ante temas relevantes de la sociedad que forman parte, la afectiva se gesta en torno a identidades. Es decir, se constituyen por la lógica de la pertenencia y el conflicto: nosotros versus ellos.

Entre el 30 de septiembre y el 13 de noviembre de 2022 se gestó una polarización afectiva de alta intensidad en Santa Cruz. La identidad regional se fortaleció como efecto de la negatividad del Gobierno nacional para llevar adelante el censo en 2023, además de la violencia de la Policía, las amenazas discursivas de organizaciones sociales (afines al MAS) del interior del país, y los cercos contra los bloqueos.

El cabildo del 13 de noviembre demostró una cohesión regional en Santa Cruz que no tiene parangón con otro departamento. Un capital social con potencial político que, si es canalizado hacia la lógica sujeto político-proyecto de poder, puede generar un punto de inflexión en Bolivia. Sin embargo, las élites políticas regionales no tienen norte ni están organizadas para esto.

Ahora bien, este capital social responde a una identidad regional que se intensificó en los días de paro, pero tiene como antípoda las identidades populares, étnicas y partidarias que participaron en el cabildo del 21 de octubre. Con este capital social que gira en torno a diversas identidades, el Gobierno de Arce pretendió deslegitimar la protesta cruceña, pero no lo logró.

Sin embargo, bajo la lógica de todo gobierno constituido por un régimen presidencialista que tiene la mayoría parlamentaria a su favor y ningunea a la minoría (tufo autoritario), recurrió al decreto como forma de contrarrestar la demanda cruceña. Un recurso de poder estatal para demostrar que tiene la fuerza suficiente ante la región, y el capital político necesario para controlar el partido ante el ala evista, con quienes tiene una disputa a cielo abierto.

Con todo, el cabildo del 13 de noviembre fue un recurso de poder de Santa Cruz contra el poder del decreto del Gobierno centralista. Afianzó la identidad regional y demostró su potencialidad con la categoría política “autodeterminación”.

El domingo del cabildo constituyó un momento histórico en Santa Cruz porque delimitó el nosotros versus ellos. Una consecuencia de la falta de voluntad del Gobierno de Arce para dar solución política a un tema técnico, su mal uso del monopolio de la violencia legítima, y el incentivo a organizaciones sociales para que amenacen discursivamente al departamento. Por tanto, vivimos una polarización afectiva que durará mucho tiempo.

*La opinión expresada en este artículo es responsabilidad exclusiva del autor y no representa necesariamente la posición oficial de Publico.bo


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