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De la hoja de coca a la “merca”

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“Para mí la palabra “narcocapitalismo” se ha convertido en un bolo que no hace más que aumentar de tamaño. El mundo es una masa redonda que fermenta a través del petróleo, del coltán, de los gases. Pero hay un ingrediente más rápido que todos los demás y que todos quieren. Y es la coca… atraviesa el Atlántico como una goma elástica que puede tensarse hasta el infinito sin romperse nunca.”  CeroCeroCero

Roberto Saviano. Escritor italiano.

Bolivia cultiva la hoja de coca, materia prima de la cocaína, el primer eslabón de la cadena capitalista coca-cocaína. Es decir, el narcocapitalismo al que alude Saviano. Resumido: empieza en el cultivo del arbusto de coca por campesinos cocaleros, dueños de su parcela o cato; sigue la cosecha y acopio de la hoja, que puede utilizar mano de obra asalariada. Luego, la compra de insumos/precursores para la transformación de la hoja en mercancía cocaína: pasta base o clorhidrato que exige otros concursos; el transporte de esos insumos, inscritos en una lista de sustancias controladas pasan a vista y paciencia de diversas autoridades. Después, la distribución, comercialización y consumo para el mercado interno, para la exportación al mercado global-ilegal de la mercancía droga a partir de la oferta y la demanda, y se logra la reproducción ampliada del capital. Por último, el “blanqueo” de dinero.

Por eso suena a burla oír al ex Evo Morales, o a dirigentes de las poderosas 6 federaciones de cocaleros de Chapare, lanzar improperios contra el capitalismo, cuando es su sustento económico y político: la ‘hojita’ nada sagrada, materia prima del narcocapitalismo. Es “¡La economía, estúpido!”

Y creen que la sociedad boliviana ignora que, con la nueva ley de la Coca, año 2017, Morales legalizó las 7.700 hectáreas, hasta entonces consideradas ‘excedentarias’ en la región de Chapare, de cuyas 6 federaciones, él es presidente vitalicio hace 30 años. La hoja de coca de Chapare no es apta para el ‘acullico’ o masticado, de ahí que 95% de esa hoja es convertida en mercancía droga. El 5% restante va a industrializarse en bolsitas mate de coca, o en harina de coca para hacerle tortas de cumpleaños a Morales. Las hectáreas cultivadas hoy pueden ser muchas más por la demanda de materia prima, que también agreden parques, reservas nacionales y comunidades indígenas.

Que el ministro de Gobierno diga que desde la expulsión de la Agencia Antidrogas de los Estados Unidos (DEA) en noviembre 2008, dejó de operar en Bolivia, es otra burla. Parece que ni él, ni Morales ni sus afines tienen idea de cómo operan las agencias de control de drogas: con estudios, tomas satelitales, informantes e infiltrados. Como los que tiene ellos para ‘espiar’ a los enemigos políticos de su proyecto de dominación total, al mejor estilo estalinista o castrochavista.

Asumo que los agentes de la DEA nunca se fueron. Merced a eso, sabemos que 5 exjefes policiales de alto rango vinculados en distinto grado al poder político, han sido acusados de ‘narcos’, o de tener vínculos con ‘peces gordos’, o de estar involucrados en apoyo logístico a redes delictivas, durante los 14 años del régimen de Morales.

  1. i) General René Sanabria, quien pasó de “prestigioso general a presunto capo de la droga” (BBC 28.II.2011). Fue detenido en Panamá en una operación de la DEA y condenado por tráfico de drogas. Tras 9 años de prisión en una cárcel de EEUU, retorno al país en enero 2021.
  2. ii) General Óscar Nina, excomandante de la Policía y también exdirector de la Fuerza Especial de Lucha Contra el narcotráfico (FELCN). Detenido en marzo de 2015 acusado de lavado de dinero y legitimación de ganancias ilícitas. En 2019 fue condenado a siete años y medio de cárcel por el delito de narcotráfico.

iii) Coronel Gonzalo Medina, director de la FELCN en Santa Cruz. Detenido en abril de 2019 y procesado por supuestos vínculos con Pedro Montenegro, acusado de narcotráfico y extraditado a Brasil.

  1. iv) General Maximiliano Dávila, jefe de la FELCN, desde junio 2019, en el régimen de Morales, hasta junio 2020, cuando fue replegado al Comando General, durante el gobierno de Jeanine Áñez por sospechas de narcotráfico. Es investigado por la DEA y acusado de ser parte de una banda dedicada al tráfico de sustancias controladas. Apodado el “macho” y amigo personal de Morales fue detenido el 24 de enero pasado, en Villazón, intentando cruzar a Argentina.
  2. v) Omar Rojas, exmayor de la Policía, capturado en Colombia en marzo 2021, acusado de tráfico de drogas ilícitas y delitos vinculados con una red de armas, desde julio de 2019 hasta septiembre de 2020, según la acusación de la DEA. Tiene cuatro familiares en la Policía y alguna milita en el MAS.

¡Los ratones cuidando el queso!

Según Monseñor Nicolás Castellanos, obispo emérito de Palencia, España, misionero con más de 40 años en Bolivia, director de la Fundación Hombres Nuevos en Santa Cruz, se lamenta de que “En todas las comunicaciones que tengo con el extranjero, todos me hablan del narcoestado de Bolivia, estamos dando una imagen pésima por la corrupción y el narcotráfico”.

Medios de prensa informan que hay 14 mafias que operan en el país:  brasileras, colombianas, mexicanas, locales y alguna más, con rutas propias de salida de la droga, violentos ajustes de cuentas, corrupción, extorsiones y danza de millones de dólares, extradiciones, amén de adictos y personas descartables del sistema y del mundo de la droga.

Es el “narcocapitalismo”, esa goma elástica que parece no romperse nunca… ¡Hasta que se despenalicen las drogas!

*La opinión expresada en este artículo es responsabilidad exclusiva del autor y no representa necesariamente la posición oficial de Publico.bo


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