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Hacia el quinto centenario de Santa Cruz

Oscar Ortiz Antelo

Ha sido senador y ministro de estado.

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Este próximo 26 de febrero se cumplirán 460 años de la fundación de Santa Cruz de la Sierra, momento histórico a partir del cual se comienza a gestar la historia del pueblo cruceño. En 40 años se cumplirá el Quinto Centenario de la fundación y es momento de analizar, debatir y proyectar el futuro de un pueblo que avanza y se transforma continuamente con la incorporación de miles de familias que todos los años llegan en búsqueda de oportunidades y de prosperidad.

Por ello es tan valiosa la iniciativa de un grupo de académicos, intelectuales y profesionales que impulsan el proyecto Santa Cruz 2061, en el cual discuten el futuro del departamento más allá de los temas coyunturales. Esta vocación y esta capacidad de articular visiones de desarrollo compartidas ha sido fundamental para concertar desafíos para el progreso ya logrado y será fundamental para el desarrollo que aún anhelamos.

Este ejercicio, que es una iniciativa ciudadana, debe ser tomado como ejemplo por las instituciones y otros grupos ciudadanos para impulsar otras ideas y proyectos que contribuyan al mismo fin: pensar y diseñar un futuro con mayores de niveles de desarrollo y de modernidad. Esa búsqueda de la modernidad que constituye el nuevo dorado cruceño y que ha guiado los esfuerzos, aparentemente utópicos, de un pueblo que permaneció durante siglos aislado en el centro de Sudamérica por su lejanía de los principales centros poblacionales y la falta de infraestructura que lo integre con la propia patria que contribuyó a fundar y con los países vecinos, con los cuales no conocía fronteras hasta la fundación de la Republica.

Este aislamiento se comenzó a quebrar en la segunda mitad del siglo XX con la construcción de la carretera Cochabamba – Santa Cruz y los ferrocarriles a la Argentina y al Brasil. Posteriormente, la construcción del Aeropuerto Internacional de Viru Viru y de las carreteras a Yacuiba y a Puerto Suarez, así como la nueva carretera a Cochabamba, permitieron dar nuevos saltos en la integración con el centro, el sur y el norte de Bolivia, aunque queda pendiente la integración vial con Chuquisaca y Potosí y la consolidación de un verdadero corredor bioceánico frustrado por la visión miope de quienes buscan que Bolivia continúe aislada, por las políticas, normas y tramites que el centralismo impone, para evitar que la modernidad y el progreso del siglo XXI los releguen en su concepción retrógrada de la historia, que prioriza su control del poder sobre el desarrollo de la nación.

Todos estos proyectos se concretaron después de décadas de reivindicaciones y luchas de una sociedad civil activa y organizada que se enfrentó al centralismo reclamando a los gobernantes lo que le correspondía, integración con la patria por lo cual luchó y de cuya fundación fue un actor central, pues le dio a Bolivia la mayor parte del territorio y esa característica especial de integrar los Andes con la Amazonía. 

Por ello, el verdadero motor del progreso cruceño, lo que podríamos llamar el alma del modelo, es esa búsqueda incansable de progreso, modernidad y de búsqueda nuevos mercados para su producción, algo que como nos recuerda la historiadora Paula Peña, ya se reflejaba en las instrucciones que el cabildo de 1825 dio como mandato a nuestros delegados ante la Constituyente que fundó la Republica. Este espíritu de amor por la libertad, esta cultura de producción y exportación, este principio de “soluciones privadas a los problemas públicos” debe continuar desarrollándose y evolucionando, gestando soluciones propias del siglo XXI para los problemas de la actualidad. 

Esta discusión no debiera ser solo un tema cruceño. Antes que nosotros también alcanzarán el quinto centenario de su fundación, La Paz, La Plata (Sucre) y Potosí, poco después lo harán Cochabamba y Tarija. 

Muchas veces hemos escuchado que los pueblos que no conocen su historia están condenados a repetirla; también podríamos decir que los pueblos que no discuten su futuro están condenados a permanecer en el atraso. Los departamentos, desde cuyo seno se luchó por la independencia y que decidieron la fundación de Bolivia, debemos nuevamente pensarnos y pensar a la patria desde las regiones, ya que actualmente ni siquiera se habla sobre Bolivia y la nación boliviana; encaminándonos hacía un Bicentenario de la Republica que algunos pretenden ignorar. 

*La opinión expresada en este artículo es responsabilidad exclusiva del autor y no representa necesariamente la posición oficial de Publico.bo

 


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Oscar Ortiz Antelo

Ha sido senador y ministro de estado.

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