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Democracia 2023: nuevos pesos y contrapesos

Actores emergentes han servido para proteger los principios en los que están construidos nuestro sistema democrático. En varios lugares de la región han llenado el espacio de los organismos formales de control del poder.

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Por Roberto Ogg Fábrega1

«La democracia conlleva un debate interminable sobre la democracia misma. Cuando la ciudadanía libre debate, la discusión a menudo no versa sobre qué políticas o partidos deberíamos apoyar, sino sobre el significado mismo de la democracia».[1]

Con estas líneas introductorias, el Instituto Internacional para la Democracia y Asistencia Electoral (IDEA Internacional), presentó la actualización de su informe «El estado de la democracia en el mundo y las Américas». Nos hizo reflexionar sobre la importancia de repensar nuestro sistema democrático para avanzar hacia sociedades más resilientes e inclusivas.

Este análisis, se ha centrado en los nuevos pesos y contrapesos que cada vez han tomado mayor relevancia frente a la pérdida de confianza de los organismos formales de control del poder (órganos judiciales y legislativos). Estos históricamente habían contribuido a crear equilibrios entre las distintas ramas del Estado y a garantizar que las prioridades populares sean consideradas de manera regular y sistemática en la toma de decisiones.

Democracias en el mundo

El informe de IDEA Internacional tiene sus orígenes en el 2017. Busca medir el desempeño de las democracias en el mundo. Sigue cuatro grandes indicadores (representación, derechos, Estado de derecho y participación). El fin es identificar sus desafíos presentes, así como proponer recomendaciones de políticas que pudieran servir para superar las problemáticas que enfrentamos.

Desde su concepción y hasta la actualidad, este estudio ha evidenciado el estancamiento del desempeño de las democracias, así como el declive de su calidad. A su vez, ha notado la pérdida de confianza en las instituciones formales de contrapeso. Esto hace que adopten un mayor protagonismo algunos otros actores y mecanismos emergentes, como los organismos electorales, las comisiones anticorrupción y de derechos humanos, las defensorías del pueblo, las organizaciones de sociedad civil, los sindicatos y la protesta popular.[2] Estas se han consumado como baluarte contra el deterioro de la democracia y han controlado la concentración del poder.

En su versión del 2023 este reporte resalta que en el mundo la mitad de los países evaluados registraron declives en al menos uno de los indicadores del desempeño democrático, principalmente en las categorías de representación (elecciones creíbles y parlamento eficaz). Sin embargo, la participación pública ha demostrado tener efectos positivos. Según los indicadores de IDEA Internacional, el compromiso de la ciudadanía con las instituciones de contrapeso ha promovido el progreso y representado una esperanza para el futuro de la democracia.

Democracia en el mundo
Manifestación por la democracia en San Pablo, Brasil. Enero, 2023.

Declives

Por ejemplo, el trabajo realizado por las instituciones como las oficinas anticorrupción, las organizaciones no gubernamentales y las instituciones nacionales de derechos humanos ha sido valioso para ejercer acciones de control en lo que respecta al factor de ausencia de corrupción. En este caso el número de avances significativos duplicó el número de declives a nivel nacional. Estos avances no constituyen una meta alcanzada plenamente en la lucha contra la corrupción, sino cambios positivos como consecuencia de la participación de estos agentes emergentes de pesos y contrapesos que requerirá un gran apoyo intersectorial para mantenerse.[3]

En el caso del continente americano, «El estado de la democracia en el mundo y en las Américas 2023» establece que la región ha sufrido de un continuo declive de los principios democráticos. Se registran más países que presentan un bajo desempeño en todas las categorías a diferencia de hace cinco años. Según el informe, esta situación pudiera ser producto del aumento de la militarización y los estados de excepción como forma de abordar la violencia y la represión de la prensa, la libertad de expresión y de la libertad de asociación y asamblea. [4]

Aun cuando las democracias de las Américas también sufren esta suerte de estancamiento, la participación constituye un punto destacado. El desempeño de la mayoría de los países de la región es superior al promedio mundial. Incluso, cinco países se ubican entre los 20 primeros del mundo: Uruguay (8), Estados Unidos (12), Costa Rica (15), Canadá (17) y Argentina (18). Destaca también, el caso de México en donde, pese a las limitaciones de la sociedad civil para funcionar como contrapeso, las movilizaciones contra las reformas electorales fortalecieron la defensa del organismo electoral y la institucionalidad.[5]

Capacidad de resiliencia

Estos resultados positivos en materia de participación brindan evidencia de la capacidad de resiliencia de las democracias para adaptarse a los cambios de nuestras sociedades. Según IDEA Internacional, junto con la creciente relevancia de las instituciones informales de peso y contrapeso, el centro de gravedad de la democracia podría estar desplazándose levemente hacia la actividad de los tribunales y los organismos independientes de control.

Las democracias y sus mecanismos de funcionamiento deben constantemente revisarse para replantear sus significados y alcances, de manera que respondan a las necesidades y demandas de las sociedades de nuestro siglo. A pesar de las amenazas que enfrentamos a nivel mundial y regional, los nuevos pesos y contrapesos han servido para proteger los principios en los que están construidos nuestro sistema y llenado el espacio de los organismos formales de control del poder. En el futuro, esta combinación particular de instituciones podría convertirse en el nuevo conjunto de instituciones democráticas fundamentales.[6]

Mantener y fortalecer la independencia de estas instituciones emergentes será de vital importancia de cara al futuro, particularmente, ante la creciente cooptación del Estado.[7] Sin dejar de prestar atención al contexto global de nuestras democracias, el desempeño en materia de participación brinda un mensaje alentador. Nos recuerda que la ciudadanía debe continuar siendo el timonel que guía la democracia hacia la dirección que marca su voluntad.

 


[1] IDEA Internacional, «El estado de la democracia en el mundo y en las Américas», 2023, p. 4.

[2] Ídem, p. 18

[3] Ídem, p. 24

[4] Ídem, p. 46

[5] Ídem, p. 57

[6] Ídem.

[7] Ídem, p. 68

Publicado originalmente en International IDEA

*Asistente de Programa en la oficina de Panamá de IDEA Internacional. Máster en Asuntos Internacionales (Universidad Pontificia de Comillas, España); licenciado en Derecho y Ciencias Políticas (Universidad Católica Santa María la Antigua, Panamá).

*Este artículo fue publicado en dialogopolitico.org el 14 de diciembre de 2023

*La opinión expresada en este artículo es responsabilidad exclusiva del autor y no representa necesariamente la posición oficial de Publico.bo


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