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Xi Jinping saca los tanques para reprimir protestas por crisis bancaria

El régimen comunista chino necesita silenciar los reclamos de los ahorristas en las provincias de Henan y Anhui, y ante las ansias por lograr su soñada estabilidad social, no escatima en agresiones de los cuerpos de seguridad contra quienes esperan recuperar su dinero

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Por Oriana Rivas1

Con tanques militares en las calles, el régimen comunista de Xi Jinping pretende silenciar a los ciudadanos que siguen exigiendo el retiro de sus depósitos, luego de que fueran congelados en varios bancos producto de la supuesta estafa de un grupo criminal. Pero los reclamos están lejos de mermar, al punto de que ahora los manifestantes ponen en tela de juicio la sinceridad del régimen, tachándolo de corrupto y violento.

Estas acusaciones no están lejos de la realidad. En su objetivo por dominar una sociedad apacible, Xi Jinping sacó a las calles fuerzas represivas y, según videos que circulan en internet, ahora con tanques busca silenciar las protestas de quienes exigen de regreso el ahorro de sus vidas, algunos de los cuales superan los 500.000 dólares.

Hace pocos días, el portal South China Morning Post informó que algunos clientes con depósitos de menos de 50000 yuanes (7400 dólares) recibieron de regreso su dinero. Pero no pasó lo mismo con quienes tenían más en los bancos de las provincias de Henan y Anhui. El supuesto plan es pagar en lotes, según funcionarios chinos. Sin embargo, dicen que llevará tiempo debido a la cantidad de ahorristas, así como por la necesidad de comprobar cuánto pertenece a cada quien, ya que los datos originales bancarios, fueron eliminados.

Es un auténtico infortunio para los clientes de los bancos chinos y para el régimen, que a pesar de su hermetismo en cuanto a plataformas digitales y filtración de información, no ha podido evitar ser señalado por los videos de agresiones de su policía así como la orden de sacar tanques a las calles. No es extraño que de inmediato la sociedad y medios de ese país comiencen a recordar de nuevo la masacre de la Plaza Tiananmén de junio de 1989.

Golpe a la confianza pública

La crisis bancaria comenzó en abril pasado cuando se anunció el congelamiento de unos 40000 millones de yuanes (casi 6000 millones de dólares). Los meses pasaron y al no haber soluciones, los ahorristas salieron a protestar, un gesto poco común en la sociedad china. Ahora se les pide que “esperen pacientemente» para recibir su dinero.

Mientras ese momento llega —o no— con tanques en la calles de China se va socavando la confianza en el sistema de Xi Jinping. Más con el presunto anuncio de uno de los bancos de Henan de que los ahorros de los ciudadanos son ahora productos de inversión y no pueden retirarse.

En este sentido, para expertos, la crisis bancaria «asestó un golpe más serio a la confianza pública que otros fraudes financieros porque muchos escándalos financieros anteriores, como los escándalos de préstamos P2P, eran productos de inversión y los inversores sabían que había riesgos involucrados. Pero esta vez se congelaron los depósitos de los clientes del banco», citó el medio en otro de sus artículos.

El resultado es que la estabilidad del yuan también está en juego. Neal Kimberley, especialista en mercados financieros, alerta que Pekín necesita resolver la situación rápidamente para evitar que el escándalo alimente una mayor pérdida de confianza en el sistema financiero de China en el país y en el extranjero.

«Si los inversionistas internacionales se asustan, el dinero se irá, y eso dificultaría considerablemente la tarea de mantener estable el yuan».

Solo es «la punta del iceberg»

El Partido Comunista de China (PCCh) responsabiliza de la crisis a los «criminales» que tomaron el control de los bancos a través de una empresa llamada Henan Xincaifu Group Investment Holding. Dice que el protagonista de la red es un hombre llamado Lu Yi.

A raíz de eso, ahora convergen problemas económicos y sociales. Y para SinoInsider, una consultora de riesgos con sede en EE. UU. citada por Fortune, los problemas en Henan son solo «la punta del iceberg de los graves riesgos sistémicos y financieros de los bancos pequeños y medianos en China».

La gran pregunta es qué tanta fortaleza tiene el régimen comunista chino ahora que tiene encima esta incipiente crisis que ya amenaza su añorada estabilidad social, y si aún con ese escenario Xi Jinping está dispuesto a vanagloriarse en una nueva reelección para su tercer mandato.


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