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La confrontación, la desconfianza y la polarización son analizadas por los editoriales de El Deber, Los Tiempos y Opinión

El paro del lunes y los “wiphalazos” son evaluados desde varias perspectivas.

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El Deber – Llamados a la confrontación

La tensión permanente que vive el país, pero que tuvo un pico alto esta semana es motivo de análisis en el editorial de este miércoles de El Deber, que hace una precisión en cuanto a los verdaderos protagonistas del paro nacional del lunes, citando a gremialistas, transportistas y cooperativistas mineros. “Arce atribuyó el paro del día lunes al movimiento cívico, otorgándole un crédito que ellos no se ganaron”, afirma el editorial que marca con especial énfasis el ultimátum gremialista y la amenaza del sector minero cooperativizado.

Sobre los “wiphalazos” de este martes, la respuesta del masismo al paro del lunes, el texto de opinión recuerda la seguidilla de calificativos de Luis Arce, sobre todo su peligrosa incitación a la confrontación callejera. “Que lo afirme un dirigente sindical, sería normal, pero que lo diga el presidente del Estado es algo demasiado delicado, porque la misión de un primer mandatario de un país no es confrontar a los ciudadanos, en este caso los bolivianos, sino todo lo contrario, es buscar la unidad de ellos”.

“¿Está llamando el presidente Arce a su militancia a salir a las calles acompañada de la Policía como ha ocurrido en el conflicto de Adepcoca en La Paz y en las protestas del lunes en Santa Cruz para librar una batalla desigual y desproporcionada contra quienes piensan diferente? Si no es así, ¿qué quiso decir Arce con aquello de ‘hacerse respetar en las calles’”, pregunta El Deber y anota un elemento interesante al finalizar el editorial: la necesidad de Arce de “contentar” a su jefe político Evo Morales con su radicalismo verbal.

Los Tiempos – Confianza en caída libre

El editorial de Los Tiempos de este miércoles concentra su evaluación en el motivo principal del rechazo al cuestionado proyecto de Ley contra las ganancias ilícitas y el “desdén” gubernamental a esa razón de fondo. “… es muy posible que pocos de los dirigentes de los sectores que rechazan el proyecto conozcan en detalle esas vulneraciones. Pero es seguro que todos, y también los ciudadanos a quienes representan, desconfían del contenido de ese documento”, afirma el periódico cochabambino.

“Y ahí está la esencia del motivo de la creciente resistencia a ese proyecto de ley: la desconfianza. Desconfianza en los propósitos que el Gobierno atribuye a su proyecto y desconfianza de todo el aparato estatal y de sus funcionarios, comenzando por los del Poder Judicial y la Fiscalía”, enfatiza Los Tiempos que anota la exclusión de la categoría “pueblo” a todos los sectores opuestos al proyecto de Ley en las intervenciones que tuvo Arce en los denominados “wiphalazos”.

“¿Acaso los dueños de cholets y los transportistas de El Alto, por citar a algunas colectividades?”, se pregunta Los Tiempos que agrega la desconfianza internacional con señales preocupantes como la venta de sus negocios de zinc en Bolivia del gigante suizo Glencore cuando los precios internacionales de ese mineral están en ascenso sostenido desde hace tres años. “Arce gobierna hace 11 meses y la confianza en su gestión se deteriora cada día más”.

Opinión – Bolivia, entre movilizaciones y paros

Después de recordar cómo califican los paros y las movilizaciones unos y otros, dependiendo quiénes los realizan, el editorial del diario Opinión de este miércoles señala que “la brecha de odio se hace cada vez más grande entre los grupos enfrentados, es decir, la tan mentada polarización es más evidente entre bolivianos, cuando deberían primar la unidad, el entendimiento y la solidaridad”.

Para el periódico Opinión, en temas que involucran a grandes sectores de la población como el cuestionado proyecto de Ley Contra la Legitimación de Ganancias Ilícitas, “lo que se debe hacer, o por lo menos intentar, es agotar el diálogo y la concertación”, pero tomando en cuenta al conjunto del país, “no solo a quienes profesan las mismas ideas o apoyan determinada gestión”.

“Tratar de demostrar quién tiene mayor fuerza es el camino equivocado, porque con eso solo se consigue ahondar el odio crónico que ha estado presente en la sociedad boliviana”, afirma Opinión que insiste en que “es hora de gobernar y dirigir para todos, sin resentimiento, buscando la unidad, como se pregona, aunque no necesariamente se piense igual”.


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